05, la verdad

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05


KATE ESTABA PASANDO de un lado a otro fuera de la residencia de Davenport. 

Había estado allí durante cinco minutos, debatiendo si entrar o no. 

Esto era exactamente lo que había estado esperando: que la dejaran entrar. 

Pero estaba nerviosa. 

¿Nervioso por qué? Bueno, ella no sabe la respuesta a eso.

Finalmente recomponiéndose, la rubia abrió la puerta y se dirigió a la sala de estar. 

Inmediatamente fue recibida por una sonriente Tasha, corriendo hacia ella lo mejor que pudo y compartiendo su emoción con la niña más joven.

- ¡Tú reportera de noticias favorita acaba de tener su gran oportunidad! - Ella sonrió, prácticamente saltando en su lugar.

Kate dejó escapar un suspiro de exasperación, moviendo frenéticamente la cabeza para seguir los movimientos de Tasha. 

- Oh, Dios mío. Ya era hora. - Ella declaró descaradamente. 

- ¿Así que qué es lo? - Tasha puso ambas manos frente al rostro de Kate, pero desde la distancia, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro mientras acumulaba suspenso.

- Agárrate a tu sombrero. - Kate levantó las manos para sostener su sombrero inexistente, entrecerrando los ojos para que Tasha continuara. 

- Tengo que cubrir un tren fuera de control. - Kate saltó de emoción, con Tasha haciendo exactamente lo mismo. 

- ¡Estoy tan feliz por ti! -

- Es exactamente por eso que eres mi hijo favorito. - Tasha se rió en voz baja, envolviendo a la pequeña niña en un abrazo. 

- Simplemente no le digas a Leo. -  Ella susurró, antes de alejarse.

- Oh, definitivamente voy a decirle. - Ella se rió. 

- Hablando de eso, ¿dónde está Leo? - Tasha se puso el abrigo, se colgó el bolso del hombro y se detuvo en la puerta. 

- Abajo, abatido por algo. - Se lo dijo con sencillez, asumiendo que conocía el secreto desde que había estado antes en el laboratorio.

Kate asintió, se despidió de su figura materna y se dirigió al laboratorio.

Al salir del ascensor, sus ojos escanearon la habitación en busca de su mejor amiga. 

Pero, él no estaba allí. 

En cambio, fue recibida por la vista del Sr. Davenport encorvado sobre su escritorio, vigilando de cerca la computadora frente a él.

Parecía asustado, frustrado. 

Kate no podía precisar el razonamiento, pero pensó que a él le vendría bien que lo animara. 

Ella se coló detrás de él, andando de puntillas lo más silenciosamente que pudo.

Avanzando a un ritmo áspero, saltó sobre sus hombros, enviándolo a las pantallas sobre su escritorio. 

Ella se paralizó de risa, agarrándose a su silla para mantenerse estable.

- ¿¡Qué fue eso!? - Gritó retóricamente, poniéndose de pie para enfrentar al culpable con una mirada de disgusto. 

Levantó las manos en señal de rendición y dio un paso atrás.

- Solo te hago saber que estoy aquí, y no hay manera de deshacerse de mí. - Ella se encogió de hombros.

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