Fotografía cuatro

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Agosto 21, 1972.

Conseguí un empleo de medio tiempo cómo  repartidor de periódicos y tú eras un gran jardinero, por lo que ambos habíamos ahorrado lo suficiente.

Habíamos llevado vino y galletas. Llevabas una linda camiseta celeste y unos pantalones blancos. Te veías como un ángel, eras mi ángel. Y, frente a esa tan bonita imagen de ti, te tomé una fotografía. No te importo en lo absoluto, ya estabas acostumbrado.

Bebimos vino y nos recostamos sobre la tela a cuadros roja que haba debajo de nosotros para, así, poder ver el cielo. Recuerdo muy bien como sonreíste al ver que una nube tenían forma de corazón. Y no pude evitar enamorarme un poquito más de tus labios.

Jungkookie, tu Hyung estaba tan perdidamente enamorado de ti que no pudo evitar besarte.

Fue repentino, agradable y el mejor momento de mi vida. Te bese y pude sentir como tus labios se contrajeron por mi repentina acción, pero, aún si, sonreíste y seguiste besándome. Pude sentir como mis ojos estaban a punto de derramar lágrimas. Porque, para alguien más, ese momento debió ser de felicidad. Lloraba en tus labios porque tenía miedo y a su vez un poco de tristeza. Quería estar contigo por el resto de mi vida pero tenía miedo de que nos hicieran daño. A su vez, lloraba porque había anhelado por muchas noches besar tus labios y poder decirte lo tanto que te amaba todas las mañanas, Jungkookie.

Mis lágrimas  salieron de mis ojos y terminaron en tus mejillas porque estaba encima de ti. Pude sentir que, sin dejar de besarme pasaste tu mano sobre mi mejilla secando mis lágrimas.

—No... no llores, Taehyung—. Susurró viéndolo a los ojos sonriendo.— Jungkookie, realmente estoy enamorado de ti, lo siento—. Y antes de poder confesar algo más Jungkook tomo sus mejillas y beso suavemente sus labios. —Hyung, yo también estoy enamorado de ti.

No tengo palabras para poder expresar la sensación de besar tus lindos labios, mi cielo. Creo que jamás pude pensar que algo así pasaría, pero lo hizo.

Luego de ese día, fui el hombre más feliz del planeta, de eso estoy seguro.

Nuestra historia en fotografías | KTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora