Sollozos y quejidos

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Se quedó en silencio observando la puerta por dónde había salido el peliplata, sentía que su vida se estaba yendo de cabeza. Era bueno trazando planes y estrategias, pero ahora mismo estaba en blanco, ni siquiera sabía como sentirse ¿Enojado, confuso, triste o feliz? Claro que cuando era un infante había anhelado tener una familia, pero tener una tan derrepente era atemorizante, y mucho más cuando ni siquiera recordaba ni un tercio de lo que había sido su nueva vida.

Antes era un criminal, ahora era un hombre de familia.

El cambio era tan drástico que simplemente era difícil asimilarlo. Estaba sediento por respuestas, pero tampoco se sentía listo para escucharlas, era un dilema bastante grande. El llanto del bebé lo trajo de vuelta, sacándolo por completo de su ensoñación. El recién nacido se removía incómodo en su pecho, y simplemente no sabía como actuar, había hecho muchísimas cosas elaboradas antes, pero ninguna parecida a calmar un bebé, quién dejó ver sus encías en quejidos y llanto. Acarició su espalda nuevamente, pero no funcionó, lo cambio de posición, pero sus sollozos seguían incrementando.

Levantó su vista escuchando que alguien abría la puerta, encontrando allí a la chica que había venido anteriormente.

—Aquí traigo la fórmula para el pequeño
—sonrió dejando ver sus dientes.

Ahí fue donde cayó en cuenta que los bebés también sentían hambre. Realmente era alguien muy malo para el cuidado de un niño ¿En que momento a su versión pasada se le ocurrió la idea de tener uno? Tenía tanto miedo de ser brusco con sus movimientos, el pequeño cuerpecito era demasiado frágil.

Acercó el tetero a la boca del neonato quién sorbió como si su vida dependiera de ello.

Una mueca se instaló en su rostro, estaba bastante afligido.

—Disculpe ¿Podría pedirle a mi — terminar la oración parecía una acción remotamente imposible. —a mi es-esposo que venga un segundo?

La palabra se sintió agria en su boca, ni en diez mil vidas se imaginó la posiblidad de estar casado con el peliplata.

La chica asintió saliendo despacio para no incomodar al pequeño que descansaba en sus brazos. Un suspiro abandonó sus labios, preferiría estar metido en un genjutsu de tortura.

—¿Ya me recuerdas? —se podía notar los nervios en su voz.

El azabache sólo giro sus ojos.

—Kakashi, siempre te he recordado —pudo ver un leve brillo en los ojos del peliplata. —Eras mi tonto y molesto compañero de equipo, no me hagas decir lo otro. —fruncio el ceño levemente.

—Ya veo entonces — tomó asiento en la silla que estaba al lado de la cama de hospital. —¿Que planeas hacer? —dijo señalando a Kai.

Obito se quedó sin habla, no sabía acerca de su nueva vida, no podía simplemente tomar una desición al azar, no se caracterizaba por ser impulsivo. Y con respecto al bebé ¿Realmente que haría? Volvió a observarlo, viendo los ojos azules oscuros con los que nacen todos los bebés, era demasiado pronto para decidir.

—¿Sólo podría regresar a dónde sea que vivo? No me siento bien estando aquí — se encogió — Pero por mientras ¿Me contarias como llegamos a esto?

Podría jurar que sus ojos eran como los de un cordero a punto de ser llevado a un matadero.

Kakashi asintió, extendiendo sus manos para tomar a Kai y recostarlo en la incubadora que se encontraba en la habitación. Obito lo aferró a su pecho, sin tener una explicación de porque había hecho aquello.

El peliplata sólo levanto las manos, volviendo a tomar asiento.

—Lo siento, realmente no se que sucedió hace un segundo —se sentía bastante vergonzoso. —Tu eres su padre y tú si te acuerdas de el.

—No te preocupes por ello — sonrió comprensivo, deslizando la tela de su máscara.

Obito se quedó pasmado ante lo que vio, ¡Realmente debían tenerse mucha confianza! No podía salir de su asombro, y menos al ver que Kakashi era un hombre hermoso, tenía un lunar por debajo de su barbilla, un poco parecido al de Kai. Tal vez el Obito del pasado no tenía feos gustos como había dicho.

—Cuéntame el porqué me casé contigo, como termine así. —Observó al pequeño que descansaba plácidamente en su pecho.

Un resoplido abandonó los labios del peliplata.

—Fue en la guerra-

—¿Nos casamos en la guerra? — interrumpió, estupefacto al escuchar que la guerra ya había pasado.

—No, Obito, espera —se pasó las manos por su rostro, esto en cierta forma era frustrante. —Te vi en la guerra, me odiabas tanto y yo, yo por un segundo también lo hice, al ver las cosas malas que estabas haciendo y todo para traer a alguien de vuelta —apoyó su mejilla en su mano hecha un puño.

Obito sólo escuchaba en silencio, intentando mantener la calma.

—Pero luego intenté comprenderte, ver más de lo que tú veías —podría contar con los dedos cuantas veces había suspirado. —Y rogue por ti, rogue para que te dieran otra oportunidad, de que tú podías cambiar, de que tú eras valioso. Les hice ver que sólo eras un niño bajo el control de personas con planes siniestros, fue difícil y habían noches en que la desesperación me ganaba y quería ir y sacarte de la cárcel.

Su corazón se hizo añicos ¿Sólo fue un niño manipulado?  Pestañeo un pal de veces, intentando despejar el agua de sus ojos, Kakashi hablaba sobre él como si fuera un ángel. Se sentía desechó, su amigo o esposo, lo que sea que fuera, estaba allí, metiendo las manos en el infierno por él.

¿Como no sentirse hecho trizas?

—No fue fácil, me terminaron cediendo tú custodia como si fueras un niño — revolvió su cabello. — Se te prohibieron las misiones y los trabajos por el resto de tú vida, aunque te estaban dejando ser libre como un ciudadano, en el fondo para ellos siempre serías un peligro.

Obito no podía salir del asombro ¿Tan malo era todo? ¿Entonces que hacía? ¿Se quedaba en casa todo el día? Suponía que se lo merecía, por lo que Kakashi le decía el lado en él que estaba nunca fue el bueno, y como el pecador que era debía pagar sus crímenes.

—Entonces ¿Como tú y yo terminamos así? — cuestionó, no muy seguro de querer escuchar la respuesta.

Kakashi rasco su cabeza.

—¿Podría contarte esto al llegar a casa?

Obito sólo asintió, viendo como Kakashi volvía a salir de la habitación en busca de su alta.

Genial regresaría a "casa"

Obito ¿tiene un hijo? |Kakaobi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora