Confusiones

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Obito jadeó un tanto agobiado, se sentía extrañamente confundido. No era alguien de salir con relativamente nadie en forma romántica, tampoco es como que en algún punto en su vida anduvo buscando aquello. Su meta siempre fue "esperar a Rin" Si, a lo largo de su adultez se había acostado tanto con hombres como con mujeres, pero nunca sintió la necesidad de estar atado. Porque claro él ya tenía su visión de cómo sería su vida y su familia.

Pero vaya que el destino le jugó de otras formas.

Odiaba admitir que a tres meses de convivencia simple y sana le estaban haciendo un notorio cambio, era un Obito diferente, y asimilarlo aún era bastante difícil, aunque pareciera simple, para él no lo era.

Porque ahogarse en un vaso de agua era complicado.

Y claro, el fue quien le pidió a Kakashi este trato, pero ya no podía. Sentía que el peliplata le estaba succionando el oxígeno, quitándole su poca vitalidad y volviéndolo débil.

Y como odiaba con todas sus fuerzas ser débil.

Al girar sobre sus talones observó a Kakashi de pie en el marco de la cocina, no entendía porque sus piernas simplemente se volvieron gelatina ¡Había ocasionado una guerra! Matado a sangre fría y sin embargo estaba temblando como un adolescente enamorado.

Porque el amor viene en distintas variaciones y colores.

Porque Obito no sabía lo que era ser amado y Kakashi tampoco

¿Pero de que servía contarle esto a una mente inhóspita y vacía?

—Realmente perdí la memoria de forma patética —rió dejando que el aire suprimiera sus pulmones.

Kakashi se mantuvo en silencio, sabía que nada de lo que tenía por decir podría ayudar a Obito, y aunque quisiera hacer algo para cambiar lo sucedido, no podía, no era algo que estaba en sus manos.

Obito Suspiró, intentando no sofocarse ante el silencio culminante que le escocia la garganta, pero era demasiado complicado para él deslindarse de lo que antiguamente era, de lo único que recuerda que era.

¿Como dejar ir aquello de forma tan dócil? Tal vez era egoísta y en cierta parte de su interior lo sabía, pero volverse un esposo amoroso con un hijo y no un genocida sanguinario de la noche a la mañana era algo demasiado complicado, no podía ceder a dejar el tema tan fácilmente. No cuando su cabeza le estaba jugando en contra.

Kakashi vaciló en hablar, quería darle cierre al pasado de Obito, pero si el azabache aún no estaba listo para ello sería mucho más complicado y complejo.

—Necesitamos hablar. —carraspeo.

Obito tan sólo asintió, siguiendo a Kakashi hasta la sala de estar en dónde ambos tomaron asiento frente al otro. Kakashi con suavidad arrastró el sillón hasta el azabache, no quería estar alejado de Obito, y su plática debía ser resumida pero precisa.

Kakashi jadeó por lo bajó, dejando que sus ojos mirarán todo menos al azabache, sabía que si lo hacía podía desmoronarse.

—Obito — suspiró de forma lastimera, todo esto era demasiado complicado. —Eres humano y puede que a veces no
tomes buenas decisiones, pero sé que te estás esforzando día y noche en ser mejor, incluso sino recuerdas nada acerca de tener un hijo, puedo ver el inmenso amor que le das, el cariño con el que le sueles hablar

Obito lo miro como un cachorrito herido, como si este le hubiera leído todos los pensamientos.

—Sé que todo esto es complicado, que estás intentando no ser la versión de ti la cual es la única que recuerdas —con dulzura acarició su mejilla.—Y créeme, te conozco tanto que sé que piensas aquello a cada segundo.

Los ojos carbón se cristalizaron, tragándose por completo un sollozo.

—Pero estoy siendo malo para Kai, tú eres consciente de la clase de persona que soy.— Tragó saliva—Sabes que no pienso como el Obito con el que te casaste, tú mejor que nadie debería saber el tipo de escoria que soy

Sus ojos se encontraron mientras el de pelo ébano lo observaba suplicante, está demás decir que Kakashi estaba preocupado. No sabía que clase de cosas estaban pasando por la cabeza de Obito, pero sabía que el azabache estaba tan perturbado e inquieto.

—Obito, quiero que sepas que no eres malo para tu hijo — acarició con dulzura su mejilla. —Incluso con tus recuerdos perdidos has sabido salir a flote, no te has quedado a la deriva. —le afirmó sus palabras, pues sabía lo inseguro que se había vuelto el azabache—Le estás dando todo el amor que un niño merece y hasta más. Míralo, si siempre busca tu calor y no el mío, pienso que te quiere más a ti que a mi — rió con suavidad. — Te levantas todas las madrugadas mientras le cantas para que pueda calmarse, lo bañas con un jabón del cual te cercioraste no le causará algún tipo de salpullido. Lo alimentas con mucho cuidado de no atragantarse. Ni siquiera yo te puedo seguir el pasó en los cuidados del bebé — admitió.—¿Como puedes pensar que eres malo para su vida? Cuando tú lo estás cuidando de una manera tan especial

Obito sollozo, desvaneciéndose en los brazos de Kakashi ante sus palabras, por más duró que fuera o que pretendía ser, había estado ansiando un tipo de afirmación que le asegurará que era bueno, de que estaba haciendo las cosas bien.

Porque tenía miedo de no saber que rumbo estaba tomando la crianza que estaba impartiendo, porque era un estúpido e inexperto cuando de la nada tenía una responsabilidad tan grande como lo era un hijo. Y teniendo en cuenta lo único que había aprendido con Madara no era ni de cerca el tacto humano, así que no sabía que expectativas podría tener a cerca de como cuidar del bienestar de Kai.

Se alejó de Kakashi y por primera vez tomó la iniciativa de besarlo. Fue suave, y un poco salado debido a las lágrimas, pero fue perfecto para aclarar sus sentimientos.

Estaba empezando a enamorarse del peliplata y siendo honesto, no estaba disgustado con aquello.

Obito ¿tiene un hijo? |Kakaobi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora