Abrió sus ojos con pesadez, parpadeando un pal de veces, la luz era molesta y taladraba de forma no grata en su cabeza. Un quejido abandonó sus labios al sentir una molestia punzante en su vientre bajo, quiso al menos sentarse, pero esa simple acción era dolorosa, demonios había soportado tantos golpes, ¿por qué ponerse de pie dolía tanto? Rendido, dejó caer su brazo a un costado de su cráneo, llevando sus dedos hasta su sien masajeando con suavidad esa zona.
¿Dónde estaba? ¿y por qué su cuerpo dolía tanto? Una náusea lo hizo desestabilizarse, ¿Por qué se sentía tan mal? Podría vomitar su bilis en cualquier momento, este dolor se sentía peor que un envenenamiento. Intento sentarse pero esa simple acción fue muy dolorosa, casi tan dolorosa como romperse un hueso.
Observó las paredes y eran demasiado blancas para su gusto, todo alrededor daba vueltas y se sorprendió un poco al ver que tenía una intravenosa ¿que diablos hacía en un hospital? ¿Cómo terminó allí y quién lo trajo? ¿Había sido tan grave al punto de exponerlo y llevarlo a un hospital? Porque lo último que recuerda es estar teniendo una vaga conversación con Madara.
Su cabeza pálpito en señal de que el dolor seguía aumentando, pero no a un punto de ser insoportable, había pasado cosas peores, esto no debía ser nada y, sin embargo se sentía muy mareado. Tenía la garganta seca, como si no tomará agua en meses, ¿cuanto tiempo estuvo allí acostado? Las dudas incrementaban al pasar los segundos.
Su atención fue puesta en la puerta, por dónde entró una enfermera con una manta en brazos. Su ceño se fruncio al escuchar un llanto proveniente de lo que sea que traía la mujer. El llanto se prolongó, retumbando de forma molesta en sus oídos, iba a reprochar, cuando la joven enfermera comenzó a hablar sobre cuidados básicos de un recién nacido ¿A él por qué le importaría eso en primer lugar?
—Disculpe —su voz sonó más ronca, como sino hubiera tomado agua en días. —Este bebé ¿de quién es? llevelo con su madre, no lo deje conmigo.
El reclamo se podía percibir en cada una de sus palabras, su cabeza no podía soportar un sollozo más del neonato.
Una risita escapó de la chica, haciéndolo arder en cólera ¿Acaso era un bufón o algo por el estilo?
—Ay las mamis primerizas son tan chistosas ¿Quieres que ponga al bebé en la incubadora o te lo doy a ti? — sonrió de manera amistosa.
Obito fruncio el ceño al ser nombrado de esa forma ¿Mami primeriza? Que broma tan estúpida.
—¿Esto es normal en este hospital? ¿Hacer bromas de mal gusto viene incluida con el servicio? — indagó.
La enfermera se quedó pasmada aún con el bebé en brazos.
—¿De-de que habla? Este es su bebé —se acercó con pasos dudosos— tiene sus mismas facciones, sólo que tiene un poco de su marido debo decir — afirmó— usted tuvo complicaciones hace dos días y cayó inconciente, pero gracias a kami que ya despertó, así que traje a su bebé para que pueda conocerlo—sonrió enternecida.
Miró al bebé y luego a la enfermera, esto debía ser una broma ¿no? esperaba que lo fuera.
—Dígame que es una broma —no podía dejar de ver a la enfermera con el bebé en brazos.
La chica se removió incómoda en su puesto, sin siquiera saber que hacer o como actuar.
—No es una broma, usted es la madre del pequeño — volvió a sonreír con suavidad.
Apretó los ojos con fuerza al escuchar otra vez esa forma en la que era nombrado.
—Sería mejor si llamará a su esposo, tal vez el pueda explicarle mejor las cosas — tambaleó en su puesto— Pero el bebé necesita de su calor — caminó hasta el extremo de la camilla — es un niño muy sano, y sobretodo hermoso —con cuidado lo acomodo en el pecho del azabache.
Obito no supo como reaccionar, sus manos fueron a parar al pequeño burtito de carne por plena inercia, aparte ¿Esposo? Estaba casado ¿Pero exactamente con quién? Fijó sus ojos en el recién nacido, viendo como apenas podía mantener sus ojos abiertos, su corazón se encogió ¿Que era está sensación? Unos pequeños ruiditos o en su defecto unas quejas, salieron de la boca del neonato. Estaba a punto de desesperarse, no sabía como actuar, él no había sido preparado para esto ¿Que se suponía que se hacía en estos momentos?
Con manos temblorosas acarició la pequeña espalda del bebé, en un intento de transmitirle calma.
La puerta volvió a ser abierta, esto no podía ser cierto, su esposo era...
—Obito, por fin estás despierto
Kakashi.
Ni en sus peores pesadillas había imaginado estar casado con el estúpido ninja peliplateado ¿Que diablos había hecho el Obito del pasado? ¿Le habían lanzado un embrujo para perder el buen gusto?
—No sabes la felicidad que siento al verte despierto —admitió— Sé que anhelabas tanto conocer a Kai, y cuando tú derrepente perdiste la consciencia yo no sabía que hacer —su tono de voz relucía su preocupación. — Realmente no sabría que sería de mi si algo malo te llegará a pasar ¿Como yo podría criar de un niño? Si soy tan estúpido
Observó al bebé que tenía en brazos, su cabellito era igual o más azabache que el suyo, dejando a relucir un pequeño mechoncito de pelo blanco. Su naríz era respingada y tenía un lunarcito por debajo de su labio.
Era el bebé más hermoso que había visto.
—No entiendo nada — comenzó a hiperventilar —¿Como pasó esto? Ni siquiera recuerdo interactuar contigo desde lo sucedido hace años — su corazón se agitó, la duda y las preguntas le atosigaban el psique. —No lo entiendo ¿Como es que este niño es mío?
Kakashi lo observó en silencio por un largo tiempo, esto se volvía cada vez más tedioso.
—Supongo que Tsunade tenía razón —suspiro a través de su mascara.
—¿De que hablas? — indagó, bastante ofuscado.
—Ella dijo que habías sufrido un gran daño, y que existía una alta probabilidad de que perdieras gran parte de tus recuerdos para siempre — la frustración se podía notar en cada una de sus palabras. — Desearía que al menos pudieras recordar el amor que sentías por Kai
Una lágrima se deslizó por el ojo del peliplata. Vaya, eso era nuevo, nunca imagino ver a Kakashi llorar.
—¿Como un bebé tan hermoso podría ser hijo de una persona tan podrida como yo?
Kakashi volvió a quedarse en silencio, la situación lo había sobrepasado, y no sabía ni siquiera como actuar frente a la persona que hace unas semanas era su esposo y ahora volvía a ser el Obito sediento de guerra.
—¿Podrías dejarme sólo?
El peliplata pestañeo, asintiendo como un autónoma.
Definitivamente esto apenas era el inicio de un gran caos.
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Obito ¿tiene un hijo? |Kakaobi|
FanficObito despierta aturdido en un hospital, y lo primero que le dicen es que es mamá.