Te gustaba el cosquilleo cuando se te quedaba una pierna dormida.
Te gustaba ese sabor a sangre que sentías en la boca cuando te mordías sin querer la lengua.
Te gustaba leer a la sombra mientras sentías la hierba de tu jardín en los pies.
Te gustaban tantas cosas que a mi no.
Eras el polo norte,
y yo el polo sur.
A pesar de eso,
los dos seguiamos siendo polos.
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Iggy
PoetryNuestra historia fue la típica historia de amor de dos personas que aun no sabían lo que era enamorarse. Nuestra historia fue la típica historia de amor de dos personas que aun no sabían lo que era caer en un amor de verano. Nuestra historia fue...