Sabías que me encantaban los animales.
Una vez paseando,
nos encontramos un pequeño pájaro que no podía volar.
Me agache para cogerlo
y te mire con el corazón en un puño.
Lo acaricie con el pulgar,
le costaba respirar,
en ese momento a mi también.
A ti no te gustaba eso,
que me compadeciera de todo humano,
de todo animal,
de todo ser inerte.
No eras de piedra,
pero a veces te gustaba jugar a ser de metal.
Pero conmigo no.
Te agachaste a mi lado y cogiste con una mano al pajarillo.
Te levantaste y empezaste a caminar.
Te giraste a mi espera,
no sabía que vendría después,
pero una sonrisa cálida a las ocho de la noche apareció en tu cara.
Nos pasamos varias horas en tu casa vigilando en tu jardín al pájaro.
Me tenias cogida por la cintura
y cuando el pequeño pájaro dejo de respirar en frente nuestro.
Me agarraste fuerte la mano
haciendo que el nudo en la garganta desapareciera.
Aquella tarde no compartimos muchas palabras,
más bien fueron todo caricias.

ESTÁS LEYENDO
Iggy
PoetryNuestra historia fue la típica historia de amor de dos personas que aun no sabían lo que era enamorarse. Nuestra historia fue la típica historia de amor de dos personas que aun no sabían lo que era caer en un amor de verano. Nuestra historia fue...