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Taehyung llegó al colegio, eufórico por volver a ver a sus amigos. Siempre le había gustado el primer día de clases, porque podía ponerse al tanto de la vida de sus amigos, además que no avanzaban mucho ese día, prácticamente eran puras presentaciones.

Sin embargo, en cuanto ingresó a su salón, se sintió cohibido. Todas las miradas cayeron en él, unos asombrados, otros con envidia. Se sentía abrumado.

—Joven Kim, tome asiento— ordenó la maestra, al ver que Taehyung quedó inmóvil en la entrada.

Optó por no decir nada sobre su retraso, por obvias razones. El presentarse siempre cuesta y más cuando te llega tan tarde como a Taehyung.

Con pasos apresurados, Tae tomó asiento en su lugar. Al fondo del salón, justo al lado de su amigo JungKook.

—¡No puede ser! ¡Eres un Omega!— articuló JungKook, sólo con los labios, sin emitir sonido.

Taehyung respondió cruzando sus brazos por sobre sus piernas, agachando la mirada y meciéndose un poco; con las mejillas al rojo vivo.

—¡Y estás muy lindo!... ¡Oh! ¡Pobre de Yoongi!— siguió JungKook, pero ésta vez ya no pudo controlar su emoción y su voz salió en un susurro bastante fuerte.

—¡Joven Jeon! ¡No es momento de chismear! Por favor tome atención a la clase, ya después tendrá tiempo para compadecer del tal Yoongi— la maestra le llamó la atención, haciendo reír al salón en murmullos.

Mientras al aludido, se le pintaba la cara de un rosa suave, al mismo tiempo que se sentía morir de la vergüenza.

Las clases transcurrieron con la normalidad que se pudo, pues cada profesor que llegaba al aula, se quedaba estático al ver a Taehyung y su gran cambio.

Además que los Alfas del salón ya estaban que se morían por tener a ese Omega con ellos, ser los que ayudaran con el primer celo de un Omega tan divino.

—Uff, al fin llegó el descanso— expresó JungKook, abriendo los brazos al bostezar. Aprovechando en el camino, para abrazar a su amigo por los hombros.

—TaeTae, mira. Tienes a todos los Alfas bobos, babeando por ti— molestó JungKook mientras caminaban rumbo a la cafetería, para tener su almuerzo.

—Ni que lo digas, me hacen sentir incómodo— se quejó Tae, haciendo un notable puchero.

—¡Esas caderas se ven tan fértiles!— gritó un Alfa en el pasillo.

JungKook quería ir a golpearlo en dónde más le duele, por soltar un piropo tan de mal gusto. Taehyung no se lo permitió.

—¡Quiero ser el que se coma tremendo durazno!— gritó otro Alfa, jadeando, acercándose para darle una nalgada.

JungKook lo puso en su lugar de inmediato, dándole un fuerte pisotón.

—¡No te atrevas a tocarlo!— vociferó furioso.

Mientras Taehyung sentía morir de la vergüenza con tantos piropos subidos de tono.

—¡Déjame ser el que monte, semejante carrocería!— siguió otro Alfa desde el fondo del pasillo.

Taehyung quería que la tierra lo tragara, nunca había sentido el camino a la cafetería, tan largo como ahora. Tantas feromonas que sentía, estaban mareándolo. Si no fuera por JungKook que estaba deshaciéndose de los hormonales Alfas, estaría perdido.

—¡Ese culo es un pecado, y yo soy un gran pecador!

Los piropos continuaban, para la mala suerte de Taehyung, ninguno era de su agrado. Las náuseas seguían creciendo en su interior, no sabía si podría continuar en el colegio.

💲Ꮚ VENDIDO Ꮚ💲JinTae 💲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora