8. Reflejos del demonio

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NO REGRETS

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NO REGRETS.
capítulo 8: reflejos del demonio.

📍 Mitras.
Un mes antes.

—¿Lo tendrás, no? ¿La abolición de la Legión de Reconocimiento?

Los dos hombres se sentaban en silencio uno frente al otro en el carruaje, las luces suaves de los faros iluminaban el vidrio del vehículo causando que uno de los hombres entrecerrara sus ojos, el otro en cambio no le quitaba el ojo de encima.

La noche era tranquila y las calles estaban repletas de gente vestidas con sus mejores ropas, niños de la mano de sus madres, parejas caminando con los brazos entrelazados. El festival había sacado a la mayoría de las personas de Mitras de sus casas, era el momento perfecto para que los comerciantes se luzcan. El carruaje dio un giro en una esquina poco concurrida, poco tiempo despues algunas mansiones fueron vistas.

El hombre sentado al frente y que miraba fijamente al otro, se estaba quedando calvo desde la frente hasta la mitad de la cabeza, aún así lucía un pequeño bigote que no lograba tapar su vejez. Su acompañante giró para observarlo, encontrándose con su mirada oscura bajo la penumbra de la zona residencial de la capital, el hombre de pelo negro suspiró alzando ligeramente la cabeza y se cruzó de brazos.

—Ya está decidida, habrá una votación dentro de cinco días y no hay manera en que falle en contra —informó sacando un cigarrillo del bolsillo de su traje, se lo puso en la boca mientras buscaba un encendedor—. Me encargaré de que eso no pase, de todos modos, debes poner tu parte como lo acordado.

—¿Puedes no fumar en este lugar, Killian? —preguntó el canoso arrugando su ceño viendo el cilindro con repugnancia, el hombre lo miró con una ceja alzada y se lo quitó de la boca con otro suspiro—. Entonces no hay forma que esto se arruine.

—La única forma es que alguien vote en contra, lo cual no creo que pase, se cancelará las expediciones y cerrarán la división, todo el presupuesto irá a la Policía Militar, como debe ser —finalizó observando el asentimiento del otro, alzando las cejas por la tranquilidad de sus palabras—. Me causa curiosidad que le des mucha importancia a esto, Nicholas.

—¿Es una broma? He sido paciente, había esperado que los titanes los devoren a todos para no hacer tanto escándalo, aún así no mueren, eso es un problema —señaló con un tinte en su voz que parecía tanto repulsión y soberbia—. Han estado gastando nuestro dinero como si fuera suyo.

—Hay personas realmente excepcionales en la Legión, sería una lastima que fueran devoradas —se lamentó, no por el destino que les aguardaba a aquellas personas, eran un gasto perdido, se lamentaba por las habilidades que tenían y que no podría usar a su favor.

—Hablando de personas excepcionales, ¿cómo está Arian? Escuché que su compromiso fue anulado. —La pregunta estaba repleta de curiosidad y Killian Koch no pudo evitar fruncir el ceño al seguir recordando aquel fallo en sus planes, aún más molesto con su hijo por estropearlo.

Hallelujah | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora