𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑡𝑢 𝑦 𝑦𝑜 II Camilo Madrigal y tú II

➪ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10

^𝐿𝑎 𝐶𝑒𝑟𝑒𝑚𝑜𝑛𝑖𝑎...^

Llegó por fin el día que todo el pueblo estaba esperando, el día de la ceremonia de Antonio era hoy. 21 de Mayo al anochecer, se le concedería su don tan especial y esperado por la familia Madrigal.

Toda la casa estaba quedando muy bien decorada, tenía flores y adornos por doquier, gracias a Isabela. También tenía una linda fuente cerca de la puerta, con decoraciones de delfín en el tope y su base formaba un perfecto círculo, esa era nueva. Todo el pueblo se encontraba ayudando a la familia Madrigal, y yo igual, me encontraba en la cocina ayudando a Julieta con la comida, y bueno, de vez en cuando me robaba uno o dos pedacitos. Qué puedo decir, amo la comida.

—¡Hola crayola! que haciendo —Apareció Camilo por la puerta asustándonos a Julieta y a mí

—Dios... casi me sacas el alma mijo —Camilo rió por las palabras de su tía, que se encontraba limpiando las ollas

—¿Acabas de decir "Hola crayola"? —Él asintió a lo que yo reí —Que tierno —

—¿Qué están cocinando? —Camilo le echó un ojo a la comida que estábamos preparando, cuando me di cuenta que lo saboreaba con la mirada, le di un pequeño empujoncito alejándolo de la comida. Con lo poco que lo conozco, sabía que iba a tomar un pedazo

—Ah-ah, hasta la ceremonia Camilo —Él hizo puchero como un niño pequeño a lo que yo volví a reír, seguí picando vegetales

—¿Necesitan ayuda en algo? —Preguntó, pero no nos dió tiempo de responder ya que la señora Madrigal lo llamó —Ya vuelvo —Dijo mientras se marchaba, segundos después llegó Mirabel con una canasta llena de decoraciones en las manos

—Wow. Mi vida, ¿estás bien? No te esfuerces demasiado —Se notaba que Mirabel traía un buen peso en los brazos, ya que apenas y con esfuerzo logró poner la canasta en el piso sin dañar nada de su interior

—Lo sé mamá, solo quiero hacer mi parte como es resto de la familia —Dijo Mirabel subiendo las cosas a la barra de la cocina para que Casita las trasladara a su respectivo lugar

—¿Necesitas ayuda Mira? —Pregunté, a lo que obtuve un <<no gracias>> como respuesta. Segundos después llegó Agustín con un ligero problemita

—Tiene razón amor —Estaba súper hinchado por picaduras de abejas —Primera ceremonia desde la tuya, están nerviosos—

—¡Abejas! —Anunció Mirabel, yo solo seguí picando verduras escuchando muy atentamente el chisme y mirando de reojo

—Y lo entiendo —

—Ay Agustín —Dijo Julieta después de dejar una olla sobre el otro extremo de la barra para ir por comida

—Cuando tu tío Félix y yo nos unimos a esta familia, dos extraños sin un don especial, que jamás tendrían uno, rodeados por gente excepcional, nos sentíamos tan... poco excepcionales —Dijo mientras le ayudaba a Mirabel con un tarro de galletas que casi se le caía

—Ok papi —Ella seguía subiendo las cosas a la barra

—Te comprendo, es todo —Dijo para después recibir un pan por parte de Julieta

—Come. Mi amor, si quieres hablar de esto... —Puso sus manos sobre sus hombros

—Tengo mucho que hacer, la casa no se decorará sola... —Casita hizo un gesto con unas decoraciones colgadas demostrando tristeza —Perdón, podrías, te ves genial —Dijo, seguido de otro gesto de Casita, ahora de felicidad