^𝐸𝑙 𝑎𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜...^
Luego de que Mirabel y yo bajamos las escaleras, volteé hacia un lugar de casita y vi a mi papá platicando con Félix en la sala, se nota que estaban platicando de cosas súper interesantes por las carcajadas que soltaban los dos. Ya eran las 8:30 de la mañana y mi papá súper feliz, parece que no fue ayer cuando casi se muere.
Le dije a Mirabel que luego la alcanzaba porque tenía que hablar con mi papá, quería aclarar unos asuntos pendientes, además de darle un abrazo después de lo ocurrido anoche. Mirabel asintió y las dos tomamos distintos caminos, ella se dirigió a lo que yo creo que es el jardín, y yo con mi papá y Félix.
Corrí para abrazar a mi papá, el cual me correspondió el abrazo algo sorprendido, le dije que si podíamos hablar en privado, ya que ayer no pudimos hacerlo. El asintió y le dijo a Félix que luego lo veía mientras los 3 nos levantábamos del sillón. Mi papá siempre ha sido muy socializador, algo que claramente no heredé de él.
Llevé a mi papá de la mano a un rincón de casita con la intención de estar a solas, pero antes de decir cualquier cosa, le di otro abrazo fuerte.
—¿Estás bien papá? ¿te sientes bien? ¿dónde dormiste? ¿pasaste frío? ¿a qué hora te despertaste? —Solté todas mis inquietudes casi sin respirar esperando mínimo una respuesta
—Wow wow tranquila mi niña, estoy muy bien —Dijo separándose del abrazo mientras se medió agachaba a mi altura
—¿Seguro pa? —
—Sip, ¡hasta diría que estoy más fuerte! —Me levantó del suelo y me dió un par de vueltas en el aire, mi papá y yo reímos. Eso me resolvió todas mis dudas, ¡y como no! digo, nadie que haya sido herido por una bala y sienta dolor en la herida, puede cargar a una persona y darle vueltas sobre su cabeza sin mostrar gestos de dolor.
—Estaba muy preocupada, aún no puedo creer que casi mueres ayer, no sé qué haría sin ti —Dije después de que me puso otra vez en el piso
—Oww tranquila mi amor, recuerda que aunque esté presente o no, siempre voy cuidarte y acompañarte a todos lados —Dijo mientras acariciaba mi mejilla y yo solo sonreía.
—Si papito... —Dije sobándome un poco los ojos —Aaa pero déjame dejarte algo en claro, todo esto no te va a librar de mi interrogatorio... —Él rió
—Bueno pues, suelta tus preguntas —Sonrió
—Okok, si... ehh... primera pregunta. Cuando estábamos en casa, sacaste una mochila del piso de tu habitación que jamás me habías dicho que teníamos, ¿Qué contiene? —
—Esa es una mochila que tengo guardada desde hace años por cualquier emergencia, contiene papeles tuyos y míos, una brújula, copias de nuestros pasaportes, una radio de emergencia y otras cosas importantes. Vivir contigo ha sido un hermoso milagro, pero también un desafío, desde que descubrimos que tenías... poderes —Me susurró —He tenido que estar preparado por cualquier situación, justo como esta —Contestó, y si tenía algo de razón
—Hmmm ok... siguiente pregunta. Cuando estábamos casi saliendo, te vi agarrar una piña del almacén... una simple piña... ¿Por qué? —Pregunté algo confundida a lo que mi papá soltó una risa
—Bueno mi niña, esa simple piña... —Se acercó a mi oído para susurrarme —Contiene algo muy importante... —Dicho eso, se separó de mi con una sonrisa
—¡¿Qué cosa?! —Dije desesperada, él solo me enseñó su dedo índice sin decir ni una palabra, y agarró la mochila que estaba detrás de él, ¿cómo llegó ahí? no tengo idea.
Tiró del cierre abriéndola para después sacar la tan misteriosa piña, me la enseñó de todos sus ángulos, hasta que de repente en un movimiento algo fuerte la partió a la mitad, la parte de arriba de la piña giró hacia la izquierda a lo que yo quedé sorprendida, y cuando la levantó, dejó ver un montón de billetes enrollados al interior de la parte de abajo de la piña, y mi única reacción fue abrir la boca formando una perfecta "o".
Boquiabierta, pregunté aproximadamente cuanto dinero había ahí. Papá me contestó que como 8,000,000 de pesos colombianos... Al escuchar eso, mi mandíbula cayó más dejando ver un perfecto "0" con mis labios. Mi papá volvió a cerrar la piña y la guardó en la respectiva mochila muy sonriente.
—¿Pe-pero d-desde cuando? —Dije súper sorprendida pero por alguna razón con una gran sonrisa en mi rostro
—Éstos son algunos ahorros que he estado guardando desde hace tiempo, es algo de dinero para emergencias —Dijo poniéndose la mochila en la espalda
—Wow... ¿por qué nunca me dijiste? —
—No lo sé, supongo que no quería preocuparte... lo siento hija —Se disculpó poniendo su mano sobre mi hombro
—Esta bien pa, entiendo. ¿Podemos hacer un trato? —Pregunté
—¿Cuál? —
—No nos volveremos a mentir ni ocultar nada ¿va? de todas formas solo somos tu y yo —Dije sonriendo esperando su respuesta
—Esta bien mi niña, acepto —Dijo estirando su mano, a lo que yo le correspondí estrechándola.
—¡Ah! y papá —Dije acercándome un poco a él
—Dime —
—Es que también quería hablar contigo sobre... otro asunto... —Dije nerviosa mientras notaba como mi mano empezaba a temblar un poco
—Claro claro, aquí estoy para lo que sea —Me tomó de la mano que él sabía que comenzaba a temblar. A mí siempre me ha temblado la mano, o bueno, mínimo desde qué pasó el accidente en el kínder. Siempre que me pongo nerviosa o me siento muy avergonzada me empieza a temblar la mano derecha, es como un tic que no para hasta que esté todo resuelto, o mínimo sienta algún alivio en la situación.
—Mirabel ayer me contó algo muy importante sobre su familia... casi todos ellos... son como yo... —Dije, se sorprendió un poco, no mucho como esperaba —Tal vez no sería tan malo decirles sobre mis poderes... digo, por primera vez conozco a gente como yo, como la señora que te curó la herida de bala con solo una arepa —
—¿Segura mi niña? —Contestó —Mira, vamos a hacer otro trato. Llevamos aquí apenas la mitad de un día, no conocemos las intenciones de esta comunidad. Pero si en un mes vemos que estas personas son confiables, ya discutiremos si les decimos o no, pero por ahora vamos a tener que mantener esto en secreto, no quiero que te hagan daño... mi deber es cuidarte, y es lo que haré hasta que yo muera, ¿trato? —Me dijo extendiendo su mano
En parte si tenía razón, llevamos menos de un día aquí y no los conocemos, supongo que esperaremos para ver si son de confianza o no.
—Trato —Estreché su mano con una sonrisa —Bueno, ya aclarado todo, vámonos a desayunar que ¡me muero de hambre! —Mi papá rió, supongo que conoce tan bien mi obsesión por la comida.
Papá me tomó por detrás de la cabeza con su brazo y juntos caminamos hacia donde se dirigió Mirabel hace aproximadamente unos 10 minutos.
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𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑡𝑢 𝑦 𝑦𝑜 II Camilo Madrigal y tú II
Fanfic➪ ______, una chica que obtuvo sus poderes desde el nacimiento, llega a un mágico pueblo ubicado en Colombia donde conoce a personas mágicas y especiales como ella, y por fin siente que encaja en la sociedad... _____________________ > Inicio: 09/02...