Prometidas |Juliantina

Capítulo 1.

—No me casaré con ella, así que olvídalo —la joven de cabello rubio golpeo su puño sobre la mesa con decisión, ella no sería obligada a casarse con alguien que no conocía, y mucho menos si esa persona era muy menor que ella.

—No estoy pidiendo tu consentimiento Valentina, solo te estoy informando que te casarás con Juliana Valdés, la heredera de la cadena más grande de hoteles de cinco estrellas en todo Londres, la siguiente semana, así que no me discutas —dijo la elegante mujer mientras bebía su fino té de jazmín en la delicada loza traída desde China.

—Ni siquiera conozco a esa tal Juliana, no es justo, ¿Por qué debo casarme, solo para que la empresa de la familia sea más exitosa?, eso solo demuestra que solo pueden alcanzar el éxito colgándose de la fama de otros —la menor cruzó sus brazos mirando la ventana de manera despectiva, ella no quería casarse y no lo haría, la mujer resopló intentando mantener la calma.

—Escucha hija, yo tampoco quiero obligarte a esto, pero seamos realistas, desde que tu abuelo falleció no es posible que yo me encargue de la empresa y tú eres muy joven.

—¿Por qué no lo hace Guillermo? —dijo la menor con algo de rencor.

—Cariño, Guillermo tiene una familia ahora y sabes muy bien que él ya ha hecho demasiado —la muchacha rodó los ojos, en desacuerdo.

—Aun así, no quiero hacerlo.

—Pues no hay otra opción, te casarás en una semana —dijo la mujer finalmente —y para que no estés de amargada, no dejaré que conozcas a Juliana hasta el día de la boda —la menor abrió los ojos sorprendida.

—T-tú... ¡No puedes hacer eso! ¡¿Cómo esperas que me case con una completa desconocida?! —dijo la ojiazul algo exaltada, su madre soltó una pequeña risa de manera burlona.

—Pues gracias a tu actitud dejaré las cosas como están, puedes retirarte —la joven se levantó de su asiento mirando a su madre con rabia, golpeó sus pies fuertemente contra el suelo mientras caminaba hacia la puerta para después salir a través de ella azotándola con fuerza. —Espero que lo comprendas algún día hija.

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La semana había pasado rápidamente, y ahí se encontraba ella, con un traje blanco bastante elegante, una leve capa de maquillaje y su cabello peinado perfectamente. Se miró en el espejo y su cara lucía como siempre, neutra y sin expresión, pero nadie podía culparla, estaba a punto de casarse con alguien a quien nunca había visto en su larga vida y lo peor de todo es que no podía escapar de eso. Quién lo diría, Valentina Carvajal termina atada a alguien por un matrimonio arreglado, sin duda no podía sentirse menos miserable.

—Valentina, debes salir pronto, la ceremonia comienza en diez minutos —el toque en la puerta seguido de la suave voz de su madre se hizo presente, causándole escalofríos, respiró profundamente y respondió.

—De acuerdo, estaré ahí pronto —el sonido de los tacones resonó por el pasillo.

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Caminar hacia el centro del lugar había sido la cosa más vergonzosa de su vida, todas las miradas se posaban en ella, la pequeña joven de cabello negro llevaba un sencillo vestido blanco, pulcramente arreglado, su cabello estaba peinado a la perfección y lucía una hermosa sonrisa en el rostro, sus mejillas estaban rojas debido a las miradas, pero intentó tragarse el miedo y llegar hasta la mujer alta que la esperaba al otro extremo del lugar. Su matrimonio la había tomado por sorpresa, simplemente recibió la noticia como si fuera lo más común que uno le diría a alguien más.

Flashback

—Hola Juliana, solo vine para decirte que tu boda será en unas semanas, al parecer la hija de la familia Carvajal quiere casarse contigo. —Su boca se abría y cerraba, y su cerebro intentaba asimilar aquellas palabras, tendría un matrimonio con una desconocida que decía querer casarse con ella.