Capítulo 4.

3.9K 344 7
                                    

Hay una cosa que Valentina realmente no podía entender, ¿por qué razón tenía su madre que llamar tan temprano durante sus días de "luna de miel"?, ella era la que había insistido en todo eso, pero ella era la única que llamaba tan temprano para molestar.

—¿Qué quieres ahora madre? —dijo tomando el teléfono de la mesa de noche, se sentó en la cama recostando su espalda en la cabecera de la cama, a su lado Juliana dormía profundamente, tenía el sueño pesado, así que no se despertaría.

—Hola mamá ¿Cómo estás?, bien cariño, gracias por preguntar —respondió la mujer con voz monótona.

—¿Cuál es la razón para que llames a estas horas?, Juliana y yo estamos durmiendo —la mujer solo ignoró el mal humor de su hija como en todas las ocasiones en la que la llamaba.

—Esta noche hay una cena de presentación para ustedes como recién casadas, vendrán embajadores de todo el mundo para conocerte, y por supuesto a Juliana también, es una gran oportunidad Valentina, todos estaremos ahí, Guillermo vendrá. —Valentina se quedó callada por unos segundos.

—De acuerdo, le diré a Juliana cuando se despierte —dijo volviendo la mirada hacia la más bajita quien se encontraba todavía inconsciente entre las sábanas, en serio tenía el sueño muy pesado.

—¿Ya tuvieron sexo cariño? —la mujer de ojos azules rodó los ojos, su madre nunca cambiaría.

—No madre, no ha sucedido nada. 

—Oh vamos hija, espero nietos alguna vez, adoro a mi pequeña nieta, pero también quiero nietos de mi hija menor.

—No me presiones, acabo de casarme madre, no soy una máquina —una risa burlona se escuchó desde el otro lado.

—Yo no diría lo mismo hija, pero está bien... sin duda con Juliana tendré nietos hermosos, todo gracias a ella.

—Sí madre, estoy segura de eso... —dijo acariciando el hermoso cabello de su esposa.

—Bueno, les enviaré la vestimenta antes de la ceremonia, Valentina no llegues tarde, saluda a Juliana, las veo esta noche.

—De acuerdo, nos veremos ahí —la llamada finalizó, Valentina pasó sus manos por su rostro espabilándose un poco, observó a Juliana una última vez y se levantó de la cama para darse una buena ducha.

💫

Después de vestirse, colocó una toalla sobre sus hombros, traía algo simple, unos pantalones oscuros desgastados y una camisa sencilla. Juliana no se encontraba en la habitación como Valentina esperaba, todo estaba ordenado, salió en busca de su esposa y la vio sentada en la isla con el desayuno sobre la mesa y unas revistas en la mano, traía puesta su pijama, le quedaba muy grande, la camiseta colgaba por uno de sus hombros y los pantalones holgados hacían lucir su trasero relleno.

—Hola —la menor se giró sorprendida.

—Buenos días, Valentina —la mayor tomó asiento junto a ella y empezar a comer nuevamente.

—Mi madre llamó esta mañana, quiere que asistamos a una cena esta noche ¿te gustaría venir?

—... Sí claro, será... divertido ¿verdad?

—Yo... creo que estará bien... nuestras familias estarán ahí y muchos conocidos... la prensa... —Juliana posó una de sus manos sobre el hombro de su esposa.

—Valentina, no te preocupes por mi... sé cómo lidiar con estas cosas —la mayor asintió, tomando la mano de Juliana para dejar un beso sobre sus delgados dedos.

—Estaré ahí por si me necesitas —la menor asintió con una sonrisa.

—Gracias, eres muy linda.

Prometidas |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora