veintinueve.

5K 518 278
                                    

Advertencias: fluff y angst en este capítulo. Capítulo final.

A pesar de la promesa de hacer un nido, decidieron primero ir al hospital para constatar lesiones y que vieran que Seungmin estuviera realmente bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A pesar de la promesa de hacer un nido, decidieron primero ir al hospital para constatar lesiones y que vieran que Seungmin estuviera realmente bien. Felix temía que le hubiera roto la nariz, y no podía imaginarse el dolor que debía estar sufriendo su pequeño bebé. La idea era capaz de hacerlo romper en llanto.

Para su fortuna, el doctor que les atendió en Urgencias les dijo que fue una pequeña fractura nasal que no requeriría alguna operación y que una férula nasal sería suficiente para que se recuperara. Felix y Chan tuvieron que ser fuertes, porque la curación de su cachorrito le hizo romper en llanto otra vez, y para cuando acabaron, ya no quería separarse más de Chan. Se le abrazó al cuello y berreaba si alguien hacia el amago de alejarlo, incluso si era su mamá. Felix no se sintió herido por esa reacción, al fin y al cabo, Chan era el alfa de su manada. Era quien debía protegerlos y consolarlos ante el dolor emocional o físico.

Por lo mismo, una vez recibieron el informe del doctor, Felix condujo camino a casa. Iban en apenado silencio, sólo roto por los constantes quejidos suaves de Seungmin. Había olvidado el llanto, pero parecía muy incómodo con la férula que cubría su nariz, y se veía demasiado agotado por todo.

En el momento en que llegaron a casa, ya estaba dormido. Felix agarró su pijama, siguiendo a Chan hacia el cuarto principal, y allí le cambiaron la ropa al bebé. No tardaron en acostarse, acurrucarse, y el alfa extendió sus feromonas. El omega no tardó en comenzar a llorar en silencio porque no quería despertar a su bebito.

—Amor... —le murmuró Chan, dándole un beso en la frente.

—... Lo odio... —sollozó Felix, temblando para contener los gimoteos que pujaban por su garganta—, lo odio tanto, Channie...

—Por dios, quise matarlo —susurró el alfa, acariciándole el cabello a Felix. Seungmin, entre ellos, dormitaba profundamente—, cuando vi a nuestro hijo así, tuve que contenerme para no lanzarme a golpearlo.

Felix soltó una risa quebrada, un poco aliviado de que Chan no lo hubiera hecho. Por mucho placer que sentiría al verlo, sabía que sería un error garrafal hacer eso frente a la mediadora. Él apenas pudo controlarse para no hacerlo.

—No importa si, después de esto, nos siguen exigiendo que Seungmin comparta con Soobin —continuó Chan—, nos vamos a negar y, si es necesario, nos iremos a otra ciudad o a otro país. A cualquier otro lugar para cuidar de nuestro precioso cachorrito.

El omega ya lo tenía más que claro. Él ya no dejaría que Soobin ni cualquier familiar que tuviera se acercara en un radio de cien metros a su hijo. No luego de lo que le hizo.

Era una fortuna que el día siguiente fuera domingo. Despertaron tarde los tres y se quedaron en la cama, con Seungmin en medio de ellos.

—Mami —farfulló Seungmin, y Felix le sonrió. Su mejilla seguía hinchada por el golpe, pero al bebé no parecía importarle demasiado—, ¡teta!

way back home › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora