Capítulo 5

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~POV Sasuke~

Desperté y lo primero que enfocó mi vista fue una habitación diferente a la mía, por un momento me desconcertó no estar en mi cama, pero recordé a una mujer de cabello rosa debajo de mí con las mejillas sonrojadas y gimiendo mi nombre anoche.

Giré mi rostro y pude ver a Sakura dormir plácidamente. Sus párpados estaban cerrados y su respiración era lenta y tranquila, no errática como la de hace unas horas al estar moviendo moviendo sus caderas para mí.

La mujer que tenía enfrente era hermosa, sus ojos verdes y enormes que ahora permanecían cerrados por el cansancio me encantaban, con una nariz chiquita y afilada que hacía lucir más sus labios carnosos pero pequeños. Su cabello largo y rosado me volvía loco junto con su carácter duro y sensible.

No tenía toda la vida conociéndola, solo lo suficiente para saber que era una mujer de carácter y a la vez dócil y frágil como una bella flor, aunque no se veía mucho esa faceta en ella.

Me había conquistado todo de ella, su belleza, su manera de amar, su profesionalismo, su amabilidad, absolutamente todo me encantaba, incluso sus defectos y pucheros.

Estaba empezando a preocuparme por esos sentimientos que estaban saliendo a flote por su culpa, por ser solo ella, por encajar tan bien en mi cuerpo al dormir y por ser tan imperfectamente perfecta.

Sonreí como un idiota al verla hablar dormida, parecía una niña chiquitita tranquila reposando en su cama llena de peluches y sábanas rosas, o al menos esa era la imagen inocente que proyectaba, porque en otros aspectos sobre una cama, era la reina de la perversión.

Sus ojos comenzaron a abrirse lentamente y pude ver un poco del color esmeralda en ellos. Sus pupilas se fijaron en mí y sonreí al ver el sonrojo en sus mejillas.

—Hola— Dijo formando una pequeña sonrisa de vergüenza.

—Hola— Respondí con una sonrisa de medio lado por su actitud tan inocente.

—¿Qué hora es?

—Casi medio día, ¿tienes prisa por irte?

—No, solo que creo que dormí mucho— Recargó su brazo bajo su cabeza para sostener su peso y pude ver ligeramente su escote bajo las sábanas —¿Y tú?

Negué con la cabeza sin dejar de mirar sus ojos —Tampoco— Sonrió de una manera que daba a entender que estaba feliz, pero rápidamente la hizo desaparecer para que no me diera cuenta.

—Es raro, ¿no?— Levanté una ceja confundido —Es la primera vez que amanecemos juntos. Creo que bebimos demasiado.

Soltó una risa fingida, pero me mantuve serio —¿No recuerdas nada?—Pregunté con temor y su rostro se escondió ligeramente en las sábanas blancas.

—Lo recuerdo todo, ¿y tú?— Asentí con la cabeza en respuesta a su pregunta —Bien.

Sus ojos me evitaron y decidí preguntar de una buena vez lo que temía —¿Te arrepientes?

Me miró sorprendida y su timidez apareció de nuevo —No, ¿y tú?

Solté una risa y su ceño se frunció acompañado de un puchero. Me resultaba graciosa y tierna al mismo tiempo por estar preguntándome a todo después de su contestación, pero traté de no burlarme tiernamente más.

—No, no me arrepiento— Sonreí de lado y ella me devolvió la sonrisa tímida —¿Tienes hambre? Podemos ir a comer algo.

Sus orbes se abrieron otra vez sorprendidos y me sentía más cautivado a cada segundo.

✨Una dosis de ti✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora