Capitulo 1

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Un remedio peligroso

Cada mago en el refugio corría desesperadamente hasta la barrera, los carroñeros cada vez se aproximaban mas y mas a los que iban en la parte de atrás, los cuales desesperadamente lanzaban hechizos y lograban derribar a muy pocos. De la nada miramos como poco a poco el cielo se tornaba gris y una enorme calavera se formaba con las nubes y de la boca de esta salían enormes líneas de humo negro, eran Mortifagos.

Un escalofrió recorrió a cada persona que estaba huyendo. Ya no teníamos mas opciones, los adultos que pudieran pelear se afirmaron sus varitas y los adolescentes y adultos que pudieran correr rápido tomaron a los niños entre sus brazos y comenzamos a correr con mas fuerza.

Una serie de diez Mortifagos se materializo justo enfrente de nosotros parando nuestro avance, oigo como Fred y George maldicen detrás de mí, saco mi varita y un Avada Kedavra le da de lleno a uno de ellos en el rostro. Otros dos maleficios salen detrás de mi y logran matar a otro. Comenzamos a correr de nuevo aún más deprisa y veo como dos de ellos vienen hacia mi con la intención de capturarme, bajo al niño que llevo en brazos y le digo que corra junto a George. Cierro los ojos enojada conmigo misma.

Lanzo un Bombarda en dirección de los Mortifagos y veo hacia atrás para cerciorarme de que los chicos ya casi llegan a la Frontera, un suspiro de alivio sale de mis labios al ver como Ron y Hermione logran cruzar, poco después, entran Luna, George, Fred y Neville y con ellos un total de diez niños.

- Vamos... ustedes pueden. Deben de salvarse más. - digo para mí.

Unos brazos me envuelven por detrás y logran levantarme, mi varita cae al piso y grito llena de frustración; George al oírme se detiene y me mira y trata de venir hacia mi pero con un movimiento de cabaza lo detengo.

- HAZLOOOO!!!!... - grito y veo la duda en sus ojos. - Por favor ... Hazlo !!!!!.

Veo en sus ojos que no lo podrá hacer y gruesas lagrimas bajan por mis mejillas al saber la vida que me espera con Voldemort. Llega otro Mortifago y me da un puñetazo en la barbilla para que deje de pelear con su compañero, me volteo de forma en que los tres caemos al piso y logro quitarle la varita a uno de ellos y lo mato con ella. El otro me sostiene del pie y me jala hacia él, a lo que solo logro darle un buen golpe con mi pie en la cabeza y me suelta.

Oigo como los gritos del lugar se acercan mas hacia donde estoy yo y con ellos los carroñeros y hombres lobo, veo como los demás integrantes de la familia Weasley y la profesora McGonagall, un hechizo aturdido le da a Lucius Malfoy que venía hacia mí. Y veo quien lo lanza.

- RAPIDO!!!!. DEBES CRUZAR AHORA O NUNCA.

- ¡¿Por qué lo hiciste?... no me debes nada Draco... te mataran si te dejo.

- No te debo nada a ti, pero a tu hermano sí. - toma uno de mis brazos y lo pasa detrás de su cuello, me toma de la cintura y me levanta- Vamos, Geverhan. No te puedes rendir... no ahora.

Lo miro a los ojos y veo sinceridad en ellos. Draco de verdad quería que salvara. Tomo todas las fuerzas que aún tengo en mi interior y comienzo a trotar con él.

- Debemos correr. Ya falta poco.

- Pero no puedo ... tengo dislocado el pie y así no podre correr muy lejos.

Un hechizo explosivo da a un lado de nosotros y nos lanza por los aires. Caigo arriba de el y vemos como Severus Snape camina hacia nosotros y maldigo, tomo el rostro de Draco y veo que sangra de la frente, presiono la herida y este despierta. Suspiro llena de alivio. Me levanto como puedo y tomo la varita de Draco comienzo a lanzar hechizos a diestra y siniestra, pero ninguno de ellos llega a su objetivo.

Hasta que una bola de energía impacta en el Mortifago, hiriéndole en el brazo. Volteo y de pronto todo se detiene, los gritos, los hechizos, los gruñidos de los hombres lobo y los sollozos de los niños.

Nunca había visto a los Sayajin en mi vida y, a decir verdad, eran imponentes una ves que los observabas.

Veo como la madre de Draco corre hacia nosotros preocupada por su hijo, me agacho y hago lo mismo que el hizo por mi.

- Vamos, Cissy. Ayúdame... debemos cruzar ahora.

- Noooo!!!.. no podemos.

- Debemos irnos Narcisa. Lo traiciono y me protegió cuando debió haberme entregado a él. - tomo su mano para romper su ensoñación. - Lo va a matar ... los va a matar.

- Sostenlo bien ... estamos muy cerca.

Narcissa lo tomo al igual que yo y lo levantamos, Draco logra caminar. Volteo detrás de el y veo como los Mortifagos comienzan a correr hacia nosotros de nuevo y a lanzar hechizos hacia nosotros; volvemos a correr lo mas que podemos.

Veo como un Sayajin de armadura dorada con negro, da la orden de atacar a los Mortifagos, pues, están desobedeciendo su orden de no atacarnos. Regreso la mirada a la barrera. Veo la sonrisa Draco y Narcissa y me es inevitable no sonreír como ellos, ya que después de tantos años somos libres.

Siento como me recorre un gran calor por todo mi cuerpo y después un cosquilleo. Una fuerza invisible nos expulsa hacia delante y caemos de rodillas. Alzo mi cabeza y veo a todos lo que habíamos cruzado de rodillas frente a una serie de Sayajin, que nos miran de manera burlona.

Miro a Hermione y ella niega con la cabeza. Entiendo por su expresión que no somos tan bien recibidos como yo esperaba y no era para menos; habíamos peleado y asesinado a muchos de los nuestros en sus narices y por si fuera poco, Narcissa, Draco y yo habíamos desobedecido a uno de los suyos para llegar hasta aquí.

Le regreso la mirada con una leve sonrisa. Ella me la regresa.

Un zumbido acompañado de un chirrido se oye en todo el lugar y vemos como el Sayajin que habíamos visto antes atraviesa la barrera, acompañado de otro mas bajito y con una armadura blanca con azul marino. Los dos aterrizan en medio del circulo y los sayajin que nos custodiaban se inclinan ante ellos.

- Comandante en Jefe. Capturamos a los "Mágicos" que cruzaron la frontera.

El Sayajin recorrió con la mirada el lugar y a cada persona que estaba ante él, uno a uno los analizo. Hasta que reparo en nosotros y fue entonces que se movió de su lugar y camino hacia donde estábamos. Draco tomo mi mano y yo hice lo mismo. Ese hombre tenía algo que hacía que me pusiera nerviosa.

Agachamos la cabeza en señal de respeto cuando llego a nosotros.

- Por lo que vi al otro lado de la barrera les urgía mucho llegar hasta aquí. Tanta era su necesidad que desobedecieron una orden mía. La orden de una persona que si hubiera querido los habría matado en el acto.

Siento como pasa su mano áspera por el contorno de mi rostro y levanta delicadamente mi barbilla. Siento como su mirada se clava en la mía y por mas que quiero desviar la mirada no lo hago; se la sostengo y suelta una carcajada divertida por mi actitud.

- Los de tu raza son muy complejo... piden cosas que ustedes se niegan a dar y quieren cosas que no pueden tener. - me extiende una de sus manos para ayudarme a levantar, Narcissa me alienta a tomarla con un movimiento de cabeza y es entonces que la tomo. Me levanto y camino hacia estar enfrente a el. - Entonces, ¿Qué es lo que ustedes quieren?.

Miro a todos alrededor mío y todos asienten. Eran nuestra ultima salida.

- Queremos refugio, mi señor.

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