Capítulo 2

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                El siseó de la serpiente.

La luna en este lado de la Frontera era impresionante resplandecía de una manera cegadora y alumbraba cada celda en la que estábamos presos. El Sayajin no nos había respondido, solo nos analizo por un segundo muy corto y ordeno a sus compañeros que nos trajeran aquí y nos proporcionaran todo lo que necesitáramos.

Sulto un suspiro exasperada y adolorida. Este pie me estaba matando.

Pero. lo que me estaba matando era la incertidumbre; el no saber si nos aceptarían o nos entregarían a Voldemort. Snape me había visto y estaba claro que lo primero que haría seria ir corriendo a decirle a su señor y el al saber que había cruzado la Frontera les exigiría que me entregaran los mas pronto posible.

Cierro los ojos al sentir una enorme punzada en toda la pierna y maldigo.

En los últimos años me había vuelto la obsesión favorita de Lord Voldemort, no solo por que era la hermana de su enemigo mortal, sino, también porque era la hija de la mujer que lo rechazo para tener un amorío clandestino con James Potter. Si lo llegaba a pensar ni siquiera me quería a mí por mi... si no, por estar conectada a personas que él había odiado y amado, de alguna extraña manera, si quera triste mi vida.

Una carcajada burlona sale de mis labios y sin poderlo evitar comienzo a reírme de manera eufórica. Siento las miradas de los que están a mi alrededor y mas me rio.

- ¡¡¡¡Excelente!!!!... ya la perdimos hermano. - dice George para Fred.

- NOOOO... No la perdimos solo se ha vuelto loca.

Paro de reír y los miro. Ellos rompen en carcajadas conmigo.

- Solo me pregunto, ¿qué puto tuerto nos miró? Para tener esta mala suerte.

- Podrían tomarse esta situación con mas seriedad, chicos. – dijo Hermione seria, obviamente, ella no entendía nuestro humor negro o reflejaba de manera distinta su nerviosismo.

- Podrías tu relajarte. Solo estamos nerviosos porque nuestros anfitriones no han decidido si nos matan, nos entregan a los Mortifagos o nos aceptan como parte de ellos.

Fred contesto de manera exasperada.

- Aparte no sabemos si hemos tomado la decisión correcta al venir aquí.

- ¿Y de quien fue la idea?... Vamos, George. ¡¡¿De quien fue la idea?!!!... fue de Geverhan. – ella se levanto y camino hasta los finos barrotes de la celda. – Es gracia a ella que estamos aquí y talvez sea, también sea su culpa de que nos entreguen a todos a esos malditos monstruos.

Me levanto y camino hacia ella quedando frente a frente.

- Era la única opción que teníamos... Vamos, Hermione. Si tenías una opción más viable que la mía la hubiera dicho, se supone que tu eres la brillante. – Fred coloca una mano en mi hombro tratando de calmarme, pero con un movimiento de mi hombro la retiro. – Ya se ... tu mejor opción era que me entregara a Voldemort, me acostara con él y así negociara su libertad.

- Harry lo hizo en el Bosque Prohibido... Él lo hizo por nosotros.

- ¿Y como termino?... ¡VAMOS HERMIONE! ¿DIME COMO TERMINO? - tomo uno de sus brazos que estaba en los barrotes y la jalo hacia mí. Ella se lleva un fuerte golpe en el rostro, suelta un quejido lleno de dolor. – MUERTO! MI HERMANO ESTA MUERTO Y TODO GRACIAS USTEDES.

Siento como las lagrimas nublan mi vista y las trato de contener. La tomo con mas fuerza y la pego mas a los abarrotes. Ron trata de quitármela al igual que Fred.

- EL ESTARIA CONMIGO... ESTARIA PARA MI... EL ME CUIDARIA Y ME ESCUCHARIA Y SOBRE TODO ME PROTEGERIA. PERO EL NO ESTA AQUÍ MI HERMANO Y MI MUNDO MURIERON ESE DIA EN EL BOSQUE PROHIBIDO, GRACIAS A USTEDES.

La suelto llena de dolor y veo a mis gemelos favoritos. Veo los ojos de las dos únicas personas que no me han juzgado, reprochado o maldecido mi existencia, atrás de ellos, veo a las dos personas que pudieron tener lo que una vez poseyeron y decidieron hacer lo correcto: Draco y Narcissa.

Suelto las lágrimas que estaba reteniendo y corro a abrazar a mis dos amigos.

- Ya solo los tengo a ustedes y solo por ustedes seguiré peleando.

Ellos corresponden mi abrazo y me dicen hermanita. Mas lagrimas bajan por mis mejillas al oírlos.

Oímos como las bisagras viejas rechinan y se abren, entra un sayajin alto, musculoso, de armadura negra con rojo y un pañuelo rojo en la cabeza; al colocarse frente a la puerta de nuestra celda noto de inmediato, que es casi idéntico al sayajin de la armadura dorada. Excepto, por la cicatriz que tiene en una mejilla. Observo al otro hombre que se queda en la puerta, es mucho mas alto que el anterior; con una armadura mas brusca y el cabello largo hasta el muslo.

Fred y George rompen el abrazo y se colocan enfrente de mi y lo mismo hace Draco. Narcissa viene hasta a mí. Me da la mano en forma de apoyo.

- Venimos por la muchacha que hablo ayer con el comandante en jefe. - el hombre entro al ver nuestra resistencia. - Solo negociara con ella ... Con nadie más.

Los hago a un lado. Esta era nuestra oportunidad para quedarnos aquí y no la iba a desperdiciar. 

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