Capitulo 1

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—Mierda.

¿Era posible que preciso ese día deshabilitaran el ascensor? o solo tenía mala suerte.

Subí corriendo las escaleras del conjunto residencial de Jungkook, quedándome sin aire en el trayecto. Tuve que hacer varias paradas para no sufrir una taquicardia. Que viviera en el séptimo piso no era de ayuda.

Al llegar frente a su puerta, saqué el manojo de llaves con mi mano libre, y la introduje en el pestillo de la puerta. Las tenía sudorosas, así que luché un rato antes de que la puerta cediera.

Los gemidos de Jungkook y de la chica se escucharon en cuanto puse un pie dentro del departamento, y al ver que no se detuvieron supuse que no notaron mi llegada. Tiré las bolsas llenas de comida instantánea en el sofá de la sala, y me dirigí a la habitación de donde provenía el sonido.

No era fanático de ver a la gente teniendo sexo, no solía hacerlo, pero me consideraba muy buen amigo como para abandonar a Jungkook en su situación.

Sin pedir permiso, abrí la puerta y encendí la luz. Tapé mi nariz apenas percibí el asqueroso olor y arrugué el ceño cuando vi la ropa sucia y los condones usados por todos lados. La chica se sobresaltó, mientas que Jungkook paró sus movimientos de pelvis para voltear a mirarme, lucía cansado -por el ejercicio realizado-.

—Jeon, deja eso. Ya.

Comencé a recoger la ropa con afán para tirarla en el cesto de los trapos sucios.

—Amigo, estoy cogiendo —se quejó con voz lastimera.

—Tu madre estará aquí en 15 minutos y si no te apresuras te encontrará apestando a sexo, con tufo y con una chica diferente a la de la vez pasada metida en tu habitación.

Al parecer eso había sido suficiente para enfriar la segunda cabeza de Jungkook, se levantó de la cama alarmado y miró a la chica con un poco de pena. Pero como había dicho, era muy buen amigo.

Reuní todas las pertenencias de la mujer y se las tendí con lo que pretendía fuera una sonrisa amena.

—No te preocupes linda, la próxima vez podrás terminar.

Con algo de vergüenza tomó su ropa y se fue al baño envuelta en las sábanas azules de Jungkook. Continué con mi labor: me puse un par de guantes y con escoba en mano traté de deshacerme de los condones usados y cajas de gigantesco XXL en la portada. Yo estaba a punto de vomitar, mientras que mi estimado y muy -muy- estúpido amigo se lamentaba tirado en la cama.

—Dios, apaga esa luz.

Ver a Jungkook sobándose la cabeza era increíble; mientras estuvo caliente tuvo la suficiente fuerza como para tener sexo y luego no podía soportar la luz de la bombilla. Le reproché y me dio una sonrisa atontada, queriendo desentenderse de su culpa. Idiota. Se levantó y me ayudó a terminar de limpiar. 

Después de un rato la chica salió volando hacía la puerta, tanto o más rápido de como yo había entrado.

Sin siquiera despedirse.

Estaba indignado.

No me había dado cuenta de si estaba avergonzada o enojada, después de todo, no era agradable que te pillaran en pleno acto sexual y que además te interrumpieran. Le grité un: «Me encargaré de que se repita» a modo de cortesía.

—Ve a darte una ducha. He traído algo de ramyeon. —Lo observé de arriba abajo— Supongo que también tendré que prepararlo.

Me di una palmada en la frente. Lo que uno hacía por los amigos. Me encargaría luego de sacarle mucho dinero, era lo mínimo con lo que podía pagarme.

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