Jungkook.
Me sobé la cabeza y me puse de pie. El cuarto de Taehyung era tan oscuro que me preocupaba, al salir posiblemente un rayo de sol me perforaría el cerebro. ¿Cómo salía de su cuarto durante una resaca? Bueno, convenientemente él no solía emborracharse -no tanto como yo, desde luego-, tenía latas de cerveza por todos lados, pero rara vez tomaba más de una. Le gustaba pretender que era bueno con la bebida, y ni siquiera conmigo se había atrevido a admitir que no era cierto.
Luego de que el sol me diera unos no muy agradables buenos días, me quedé de pie frente a la puerta frotándome los ojos, y me pasé una mano por la nuca cuando percibí un terrible dolor en el cuello. Suspiré quejumbroso y troné unos cuantos de mis huesos. Mucho mejor.
Escuché la voz de Taehyung desde la cocina, hablando con su madre, lo hacía todas las mañanas. Revisé mi propio teléfono mientras caminaba en dirección a la cocina. Tenía muchas llamadas perdidas de nuestras madres, en serio estaban desesperadas. Era comprensible, había pasado más de un mes desde la ultima vez que las habíamos visto. Al llegar a la cocina, levanté la vista.
Dios.
Taehyung estaba desnudo. Ni una sola prenda. Una mala costumbre que había tenido desde que era un niño. Nunca lo hacía en mi casa, que era dónde regularmente nos encontrábamos, así que en las pocas veces que lo había visto... de esa forma, no cabía de la impresión.
Con una mano sostenía el teléfono y con la otra tomaba una caja de cereales de los estantes altos de la alacena. Lucía incómodo. Echó los cereales en el plato y a la velocidad de la luz se estaba embutiendo una cucharada, al tiempo que le respondía algo a su madre.
—¿Otra vez de exhibicionista? —dije apoyándome en el marco de la entrada.
Casi se atraganta con los cereales y comenzó a toser desenfrenadamente, eso no le impidió voltear a verme con los ojos más abiertos que un par de platos.
Ops.
—No es nada mamá. Jungkook está un poco desorientado, tomó mucho anoche, adiós.
Me agaché para tomar una sartén de los estantes de arriba sintiendo una punzante mirada sobre mis movimientos y el cómo se cruzó de brazos al descubrir que lo estaba ignorando. Sin devolverle la mirada, me levanté haciendo malabares con la sartén.
—Es tu madre, no hay tanto problema —minimicé.
—Le prometí que dejaría de hacerlo cuando viviera solo. Lo odia —refunfuñó, relajándose.
—¿También lo hacías en casa de tus padres? —pregunté con una ceja alzada, viéndolo esta vez. Hallaba cierto placer en avergonzarlo. Taehyung ya casi no se avergonzaba en mi presencia.
—¡Solo en mi cuarto! Y estás en mi casa así que no puedes quejarte.
—Nadie se está quejando, sin vergüenza. ¿Dónde está mi plato? —pregunté cuando no lo encontré.
—Por favor, no eres quien para decirme que no tengo vergüenza. —Me palmeó la mano con la que sostenía un cajón y rápidamente abrió otro—. Te he visto en más circunstancias comprometedoras que tú a mí. —Por fin me dio mi plato.
-
Bajamos de mi moto después de que Taehyung estuviera quejándose todo el camino porque nunca le dejo conducirla. Era mi mayor bien y no iba a arriesgarme a que le hiciera daño, lo había visto destrozar cosas más resistentes por años, como el auto de su padre. Recuerdo que cuando sucedió, no lo reprendieron o dejaron sin mesada, solo un pequeño "¿Sabes lo que hiciste mal?". Muy malcriado.
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Me gusta Jungkook |Kookv|
FanfictionDesde siempre, Jungkook y él habían sido mejores amigos. Al igual que en algún tiempo lo fueron sus madres. Encontraban apoyo incondicional en el otro, incluso ahora, mientras se besaban para vengarse de la chica que rechazó a Taehyung. Solo lean e...