Capitulo 17: Yotsuba Nakano.

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Si lo sé, han pasado como mil años. Pero volvemos por fin.

—Oh vamos, nunca dije que fuera fácil entrenar conmigo, Yotsuba-san.

Un enérgico peliverde intentaba animar a su amiga que respiraba pesadamente y sosteniendo su pesa sobre una baranda que evitaba que alguien cayera a él enorme lago que tenían en frente.

—Para... ti es fácil decirlo —tomó una bocanada de aire y se pasó la manga por la frente—. No todos tenemos un poder que aumenta las capacidades físicas.

—Pero estoy entrenado contigo porque se tú puedes —estiró la mano a la chica. Apagada Yotsuba la aceptó—. Aún falta un poco más, ¿crees poder?

—Claro que puedo —aseguró feliz—. No pasará lo de la última vez —susurró para su misma.

—Yo tampoco quiero que Nino me regañe por llevarte cargada porque te desmayaste el primer día —se rascó la mejilla con el dedo índice—. Si que las protege.

El rostro delicado de Yotsuba cambió de color de forma radical, aturdida simplemente salió corriendo a toda velocidad. Izuku dio tres pequeños brincos, en el último pequeños rayos verdes aparecieron en el aire, de un momento al otro, ya estaba a la par de la chica.

—¿Vas a algún lado? —la tomó dejándola sin opción de escapar, su rostro mostraba una pequeña sonrisa, que de apoco se acercaba los labios de la chica.

—Mi-Midoriya-san...

¡Pum!

El sonido con eco producto del vacío de salón la asustó, giró hacia todos lados asustada y limpiándose la baba que le escurría por la comisura de los labios.

Se levantó rápido del piso, se sobó la cabeza, su mejillas rojas como un tomate dejaban en claro como la había dejado aquel simple sueño.

No era la primera vez que el pecoso hacía acto de aparición en uno de sus tantos sueños, pero si era la primera ocasión en donde este se le acercaba tanto. Aún le quedaba la sensación de tenerlo cerca.

—¡Yotsuba! —un grito la sacó de donde sea que estuviera.

—¡Si! —respondió por instinto, pero se puso todavía más nerviosa al ver que se traba del peli verde.

—Por fin dices algo, pensé que se te había olvidado tu propio nombre —rio de su propia broma—. Las clases particulares por mi parte ya terminaron, espero no haberte dejado demasiado cansada, tus hermanas preguntan si te demoras.

—Y-yo, si. Ya voy —corrió hacia su silla en donde tomó sus pertenencias revisó su teléfono que estaba completamente descargado—. UPS.

Izuku no pudo evitar reírse un poco por aquella situación, la torpeza de la cierta hermana realmente le hacía quitarse sobrellevar el estrés del estudio y demás cosas. Con prisa la peli rosa pasó por su lado, lo tomó de la mano y lo empezó a arrastras como si fuera un juguete nuevo. El chico estaba tan sorprendido que no recriminó en lo absoluto, solo se dejó llevar por la Nakano. Esta tenía una mezcla extraña de pensamientos, no obstante, todos estos tenían un común denominador.

Aquella cita.

• • •

—¿No era mejor un columpio?

Preguntó nerviosa y pasando saliva, si bien la vista era realmente impresionante, estar a varias decenas de metros del suelo no era para nada fácil de asimilar.

—Seeh, pero ya que estábamos cerca de la torre...

El celular sonó, pero hizo caso omiso a la llamada.

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2022 ⏰

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