En Un Mundo Sombrío: El Inicio Del Mal

Capítulo XI: EL PLAN

El bote zarpó del muelle, era momento de regresar a Black City.

Corrían el riesgo de caer en alguna trampa por culpa de Baphomet, pero igualmente corrían riesgo al quedarse.

Gracias al potenciador brindado por las brujas el barco avanzaba mucho más rápido por lo que el tiempo estimado para su llegada era de dos horas. Que serían las siete de la mañana, hora de Black City.

—¿Emilio estas bien? —preguntó Kathe, preocupada.

—¿Eh? Ah si, claro —respondió distraído.

Kathe y Matías lo miraron preocupados.

Aeropuerto Nacional de Black City
5 AM

Ethan Andrés Burke esperaba sentando a que un avión en específico aterrizará. 15 minutos después aterrizó el vuelo 66-F, de dicho avión bajo una chica de aproximadamente treinta años de edad, cabello castaño con ojos color esmeralda.

Su nombre era Rosio Vergara Duvan, una ex aprendiz de Eozeoldo, sabía bastante sobre demonios, lo cual ayudaría bastante a favor del trío.

—¿Andrés? —preguntó sorprendida.

El mencionado no respondió y siguió fumando.

—¡Qué gusto verte! —exclamó alegré.

—Eozeoldo llegará en unas horas —dijo sin molestarse en devolverle el saludo —. Mientras te quedarás en mi departamento —anunció tomando el equipaje de Rosio y comenzando a caminar hacia la salida.

—(Sigues siendo igual de amargado) —pensó Rosio.

Con el trío

—¿Falta mucho para llegar? —preguntó Matías, aburrido.

—Por milésima vez ¡no! — exclamó Eozeoldo con desesperación —. En media hora llegamos.

—¿Y qué haremos al llegar? —preguntó Emilio.

—Ustedes a sus casas y yo a hablar con unas personas que me ayudarán —respondió serio.

—¿Pero es seguro ir a casa? —preguntó Kathe.

—Probablemente no —dijo el padre.

—¿Entonces cómo espera que vayamos? —cuestionó Emilio.

—No lo espero, tendrán que ir conmigo —afirmó Eozeoldo sin otra opción.

—Genial —exclamaron los tres al unísono.

—Pero déjenme advertirles que Andrés no es muy paciente y mucho menos con niños, así que no lo hagan enfadar —sugirió Eozeoldo.

Black City
6 AM

—Gracias por venir por mi Andrés —agradeció Rosio.

—No había muchas opciones —respondió restándole importancia.

—Sigues igual que antes —reconoció sonriendo.

—Tampoco has cambiado mucho tú —respondió serio.

—Haha, creo que no —afirmó sonriendo.

Black City
7 AM

El barco por fin estaba a unos cuantos metros de llegar a su destino.

—Entonces ya saben que vamos a hacer —dijo Eozeoldo.

—Si —afirmaron los tres.

Después de unos minutos el barco tocó tierra firme, habían llegado a su destino. Enfrente del enorme barco hacia parado un hombre, vestido en su mayoría de negro, pelo negro y algo largo de aproximadamente cuarenta años.

—Andrés —dijo Eozeoldo sorprendido.

—Eozeoldo —dijo sin más.

—¿Qué haces aquí? ¿No te avise que llegaríamos más temprano? —cuestionó sorprendido.

—No hacía falta, tu bien sabes que me gusta llegar antes a todos lados —explicó sin más.

—Lo había olvidado —afirmó riendo.

—Además creo que es mejor a que hubieras llegado a despertarnos —agregó con la misma indiferencia.

—¿Rosio ya llegó? —preguntó aún que ya sabía la respuesta.

—Si, pero será mejor irnos de una vez —dijo sin esperar respuesta.

—¿Maestra Rosio? —cuestionó Kathe.

—Muchachos, ¿Qué hacen aquí? —cuestionó sorprendida.

—Son los chicos a los que busca Baphomet —explicó Eozeoldo.

—Pero, ¿por qué? —cuestionó preocupada.

—No lo sabemos —respondió Eozeoldo.

Emilio se sintió culpable de no contarles el verdadero motivo del porque Baphomet iba detrás de ellos.

Unas horas después

Ya se había hecho de día completamente, todos estaban reunidos en el templo de Black City.

Andrés Burke se encontraba analizando el tótem traído por el padre Eozeoldo.

—¿Qué dices Andrés? —cuestionó —. ¿Crees que resista?.

—Por cómo veo el tótem, probablemente sea efectivo para encerrar a Baphomet —dijo poniendo el tótem a un lado.

—Conozco tu voz Burke, algo no te convence —agregó Rosario.

—Es correcto —afirmó —¿Se puede saber cómo harán para atraer a Baphomet? Aparte ¿Cuándo y dónde lo harán? —los cuestionó.

—Baphomet vendrá hacia nosotros incuestionablemente —afirmó Eozeoldo confiado.

–¿Y cuándo lo haga que harán? —lo cuestionó Andrés.

—No será fácil, si queremos tener una oportunidad debemos hacerlo hoy mismo —explicó serio.

—¿Cuál es tu plan? —cuestionó Andrés.

—Baphomet les tendió una trampa a los muchachos —explicó Eozeoldo —. ¿Por qué no regresarle el favor?

04 de septiembre, 1990
11:50 PM

La noche había llegado al fin, la mayoría de la ciudad yacía en sus casas durmiendo en el calor de las cobijas.

La noche era fría y oscura, la lluvia no se hacía esperar, llenando los tejados de agua.

En lo más alto del templo de Black City, dentro de una de las habitaciones yacía acostado Emilio, durmiendo plácidamente, cuando una sombra entró por debajo de la puerta.

Esa sombra finalmente se posó enfrente del chico transportándose dentro de los sueños del chico.

Sueño de Emilio

Al llegar se dio cuenta que se encontraba en una gran y oscura cueva, Emilio se encontraba sentado enfrente de él sobre una roca observando hacia la nada.

—Vaya... Finalmente llegaste —dijo Emilio con tono serio.

—Parece que has esperado ansiosamente este momento —afirmó Baphomet.

—Y cómo no hacerlo, si esta noche llegará todo a su fin —explicó Emilio, sonriendo.

—Pero la pregunta es... ¿El final de quién? —respondió Baphomet, confiado.