DOS

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Canción en multimedia—Deja vu de Olivia Rodrigo

Canción en multimedia—Deja vu de Olivia Rodrigo

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RAVEN

Niko me ha encerrado en la habitación privada del avión junto a Ezekial, y no es que me queje o algo por el estilo. De hecho, yo misma estaba a punto de hacerlo por la razón de que, tanto Eros como Constanz, decidieron de imprevisto ir con nosotros en el avión. Ezekial perdió la cabeza en ese momento diciendo que Eros no se debía acercar a mí y estuvo tanto tiempo discutiendo con Enzo que no se dió cuenta cuando la azafata dijo que el viaje ya iba a empezar, tampoco prestó atención en cuanto las puertas se cerraron.

Él y Eros discutían y no escuchaban nada que no fuera a ellos mismos, así que el avión despegó y yo tuve que agarrar a mi hermano mientras que Constanz agarró a Eros para que ninguno de los dos saliera lastimado.

Niko nos llevó a Ezekial y a mí a la habitación, nos encerró y ahora nos encontrábamos en completo silencio, uno cómodo, ambos estábamos pensando y a veces era lo mejor que podíamos hacer, pensar en las cosas que creíamos problemas y tratar de buscarles solución.

Seguimos en silencio unos segundos más hasta que él se levanta de la cama y yo copio su acción cruzando mis piernas mientras que él se sienta delante mío en la misma posición.

—Sé que no lo recuerdas y que a base de eso, no puedes odiarlo por un sentimiento que ya olvidaste, pero no quiero que todo se repita Raven, te declararse lesbiana pero...

—No lo soy por completo—completo su frase y Ezekial asiente.

—Eres como Constanz.

—Yo no soy igual a ella, yo sé lo que quiero.

—No sabes lo que quieres porque no recuerdas momentos cruciales para estar segura de tus sentimientos y gustos, tu amabas a los hombres y Eros es una prueba de ello y muchos otros hombres con los que coqueteabas, pero ahora estás con el pensamiento de que son las mujeres las únicas que te atraen—pongo mis labios en una línea fina y bajo la mirada hacia mis manos entrelazadas.

Tiene razón.

Tal vez sí la tenga.

—¿Lo odias tanto?—le pregunto y él se queda callado.

—No es que lo odie, pero todos nos dimos cuenta del daño que te hizo y sabes muy bien que no no se gusta que lastimen a uno de nosotros, pero si quieres que olvidemos todo y hagamos borrón y cuenta nueva con él, puede que lo intente, sin embargo, no prometo nada.

Ambos sonreímos y se abalanza contra mí para rodearme con sus brazos y empiezo a reír.

—¡Ezekial déjame!—exclamo sin dejar de reír y él niega.

—Odio que estemos creciendo—dice.

Suspiro y asiento.

—Yo igual lo odio.

Perfecto Desastre [PERFECTOS 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora