Haces que mi cuerpo abrase como el infierno.
Tú, el único que consigue conciliar el sueño.
Mi sueño, el de estar contigo mientras duermo.
Mis venas arden por quererte.
Mi sangre hierve por las ideas que yo invente.
Y es imposible quitarmelas de la cabeza.
Increíble la forma, la certeza.
Es ese tu ardor el que me hace enloquecer.
Haces que piense que nada voy a perder.
Ni el tiempo, ni que me canse, ni que el cielo alcance.
Porque contigo, de sentirme fría como el invierno, a llegar a quemar como el propio infierno.