Reina
Siete años antes...
Me muerdo el interior de la mejilla aguantándome todo el remolino de emociones desesperantes que me abarcan.
—¿Ya tienen todo listo?—pregunto recostada del marco de la puerta.
Mis padres hoy se van a Ucrania por un viaje de negocios.
Como siempre.
Pasan más tiempo fuera de casa que dentro y es algo que ya estoy cansada de repetirles. No me hacen caso por lo que ahora solo los veo hacer sus maletas.
—Cariño—mamá acaricia mi mejilla. Es como mi yo del futuro y me alegro de haber sacado sus buenos genes—Sabes que te amamos con todo nuestro corazón de pollo, pero tristemente tenemos que hacer este viaje. Te prometo que será el último.
Ruedo los ojos.
—Me dices lo mismo desde que tengo seis y tengo diez. Dime de frente que no estaremos juntos como familia por lo menos hasta que sean viejitos.
Ríe y me palmea la barbilla.
—Que chica tan listilla tenemos por aquí—hace el expresión de mamá preocupada por su pequeña y única hija—¿Te cuidarás?
—Que más da—vuelvo a rodar los ojos—Cristal sigue rompiendo mis muñecas. Tanner me sigue molestando con que no tengo senos. La vida sigue igual por lo que no tengo que cuidarme de nada, mamá.
Sonríe y por un momento veo su mirada vacilante.
Ver a Renata Müller insegura es un golpe realmente bajo.
—Sé que es así. Pero nunca puedes descartar que llegará alguien mucho más fuerte que Cristal y Tanner para molestarte. Tendrás que dar la cara porque las chicas Müller siempre dan la cara ¿Te acuerdas de eso verdad?
Asiento tomándome las cosas más en serio.
—Lo sé, mamá. Y te prometo que seré una super chica que no se dejará doblegar por cualquier loquillo que venga con una cara bonita.
Richard rodea la espalda de mamá abrazándola.
__Tenemos que irnos, amor__le dice a su esposa y luego me achica los ojos__Y usted, recuerde ser siempre humana y no convertirse en una obsesiva más que tiene que controlarlo todo.
Mamá le da un codazo.
—Estoy aquí, baboso—dice en broma.
Son realmente la relación más inseria que conozco.
—Te amo—le da un beso en los labios y yo hago una mueca.
Se miran entre ellos, luego a mí y ya presiento lo que viene.
—No, en serio no...
Me callo cuando los dos abrazan al mismo tiempo.
—Te adoramos, Rei—me besan la mejilla y nos despedimos en la entrada de la mansión del abuelo cuando me dejan con mis maletas.
Veo el auto alejarse mientras lágrimas—que no son de cocodrilo como dice el abuelo siempre que me ve llorar—bajan a chorros por mis gordas mejillas.
—No será para siempre—dice Morel con las manos entrelazadas en la espalda.
—Siento que sí, abuelo—lo miro a los ojos y no me puede ocultar que él también lo siente—Mamá volvió a prometer que no volverían a viajar más. Ya no sé si creerle o simplemente ignorarla.
Se inclina a mi altura y limpia mis ojos que no tardan en ponerse llorosos de nuevo.
—Volverán y cumplirán esa promesa—sonríe, solo que esta vez no le llega a los ojos como siempre que hablamos—Ya verás que así será, ahora anda a rociar las flores de tu abuela. Desde el cielo debe estar enfurruñada porque su nieta no ha cuidado de sus plantas.
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Destructive Love ©
Ficção Adolescente[PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA «DESTRUCTIVE»] Esa mañana llamé la atención de quien no debía. Yo no lo busqué. Era lo que siempre evitaba. Pero en el momento en el que me di cuenta de que me tenía en sus manos, ya era demasiado tarde. Marcus Winston...