Esa mañana llamé la atención de quien no debía.
Yo no lo busqué.
Era lo que siempre evitaba.
Pero en el momento en el que me di cuenta de que me tenía en sus manos, ya era demasiado tarde.
Marcus Winston es un depredador envuelto en encanto que ten...
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Reina
—Vamos, coño. ¡Uno más!—incentiva Roy.
Me inclino el chupito de un solo y sacudo la cabeza cuando el ardor se cuela en mi garganta.
—Ya, te juro que veo pajaritos encima de mi cabeza—me señalo la coronilla y rio de mi idiotez.
—Es mi momento, perra. Hazte para allá—me empuja mía con la cadera.
Luego de la pelea tan vergonzosa de Stassy y Cristal todo el mundo volvió a la normalidad.
Motivados por los encargados del comité de Mannford todos hemos salido a la piscina para olvidar el mal momento y distraernos con los juegos recreativos.
Ya son las 8:00am y los pocos profesores que dejaron a nuestro cargo se fueron.
Así es la cosa: hacen que nos están vigilando al principio de la fiesta y luego se hacen que todo está bien y se largan a sus hogares a descansar de los monstruos mimados.
—¡Ay!—me quejo cuando me tambaleo y choco con una pared, tanteo y abro los más de la cuenta al darme cuenta de que en realidad es una persona, o mejor dicho, un chico
Me giro y mi mirada da con su pecho.
No es tan musculoso, más bien con un cuerpo delgado y definido. Viste elegante con una camisa blanca y unos pantalones negros a la medida. Miro hacia arriba para ver su rostro y parpadeo varias veces para ver si todavía estoy en la tierra y no en el infierno luego de chocar con Daniel.
Sus labios regordetes se fruncen, sorprendentemente no de disgusto, y enarca una de sus cejas pobladas a la vez que aparta un pechon del cabello que le llega por debajo de los ojos.
—Yo... Eh, perdón—me disculpo.
Lo últmo que quiero esta noche es tener problemas con él o uno de sus amigos-los hijos de satán.
Daniel O'hará es realmente muy guapo.
Si eres del tipo que se enamora por lo enigmático, elegante e inteligente pues él es tu chico.
Me mira sin expresión alguna y sin embargo siento como si mi mera presencia fuera un estorbo para él y que se está tomando su tiempo para escarbar dentro de mí y ver porque aún no me aparto.
—Eres torpe—dice sin preámbulos.
Siento como si una ola me quisiera arrastrar con violencia fuera de su camino y a la vez acercarme a él para entender por qué nunca habla con otros que no sean sus amigos y qué le motivo hablarle a Roy.
Estoy muy curiosa porque nunca se comunica para amenazar.
Con solo una mirada te hace ponerte de rodillas a pedirle perdón y enmendar tu error.