Capítulo X

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(Hammersmith-31 de mayo del 2027)

   Abrí los ojos y lo primero que percibí, fue el ruido de algunos vehículos sonando a la distancia y la bulla de un televisor. Me quedé escuchando el entorno mientras recobraba el sentido y la percepción de donde estaba. Era lunes y mi cuarto se sentía fresco, lo que hacía una tarea difícil el desprenderse de las suaves sabanas de algodón que me cubrían hasta el cuello. Sin embargo no podía quedarme todo el tiempo metida aquí sin hacer nada aunque en realidad, era algo que me hubiese encantado hacer.

   Luego de unos largos y extendidos minutos donde me debatía si levantarme o no, miré la hora de en mi reloj de mesa y mi sorpresa no se hizo esperar.

   -¡Maldición!- dije casi en un grito- ¡es tarde!- dije sin poder creer la hora.

   Faltaban diez minutos para las 9, y no podría ir más retrasada aún si así lo quisiera. Me incorporé de un salto de mi cama y fui directo al armario para tomar lo primero que se me cruzara al abrirlo. Sin perder más tiempo, comencé a ordenar mi bolso antes de que olvidara con las prisas. Ni siquiera me preocupaba tender la cama, solo quería dejar todo mínimamente arreglado para cuando estuviera lista. Quizás podría desayunar algo de camino al hospital, pero honestamente no tenía hambre y no pensaba sufrir una indigestión por eso.

   Ahora que lo pensaba, no entendía que había pasado... Mario era el encargado de despertarme cada mañana, pero al parecer se lo olvido, o de llenos el tampoco se despertó temprano, cosa inusual en él ya que suele despertarse antes que nosotras a pesar de ser quien trabaja más tarde de los tres. Pero no tenía tiempo para buscar culpables y solo cuando salí al pasillo hacia el baño para asearme, pude darme cuenta de qué de hecho, él estaba dentro.

   -¡Está ocupado!- escuché su voz del otro lado ante mi incesante golpeteo porque abriera- ya salgo por dios, ni que fuera el fin del mundo.

   -¡Muévete! ¡Tengo que arreglarme y ya es tarde!- dije gritando lo más alto que podía haciendo que otra voz hablara desde el living.

   -¿Qué pasa aquí? ¿Por qué tanto alboroto?- giré sobre mis talones bruscamente solo para encontrarme con la figura de Mariana recostada en la pared del pasillo viéndome molesta por el ruido- son las 9 de la mañana como para que estén gritando y haciendo un escándalo- la miré de arriba abajo sin comprender que hacia aquí todavía cuando de hecho, debería estar en el trabajo hace más de una hora.

   -¡¿Qué demonios haces tú aquí?!...

   -Emm, yo vivo aquí. Al igual que tú- dijo sarcásticamente-¿te caíste de la cama o algo por el estilo Anny?- ella estaba aún en su pijama rosada de rayas azules y con el pelo recogido en una cola.

   -Ya puedes entrar, pero para la próxima, te agradecería que trates de no tumbar la puerta- Mario apareció desde el umbral vestido con una franelilla blanca y mono gris viéndome con la misma cara de reproche.

   Los miré a los dos un segundo y fue como si mi cabeza hubiera hecho clic y todo cobrara sentido. Era feriado por la fiesta de la primavera y los británicos tomaban el día libre como parte de la celebración que indicaba el inicio del verano...

   -¿Oye estás bien? ¿No vas a pasar al baño?- *ahora sí que me pasé de idiota* pensé mientras los miraba a ambos otra vez y entraba silenciosamente al baño sin decir nada.

   Por suerte y luego de pasar unos minutos de más en la ducha, pude relajarme y dejar que lo que había sido el alboroto de hace rato pasara, aunque luego tendría que darles explicaciones por mi comportamiento tan extraño, pero mientras no dijera nada sobre el tema, mejor para mí.

   Ahora más fresca y de vuelta en mi habitación, me di cuenta de lo que había sacado del armario. Era una Musculosa negra que hace tiempo no usaba y un leggings rosado que se veía algo desgastado por el tiempo. Si no hubiera sido por las prisas, jamás hubiera sacado esta ropa para salir, ni siquiera Mariana me había visto con ella, lo que hacía que por alguna razón me pusiera nerviosa el pensar que ellos me pudieran ver así. Sin embargo, decidí ponérmela ya que no quería tener que volver a revisar entre mi ropa buscando otra cosa.

Between UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora