8HE BESADO A CIENTOS DE CHICAS. No — que sean miles. Sólo recuerdo un
puñado de ellas. ¿Pero este beso? Este es uno que no olvidaré pronto.
Ella sabe…Jesús, nunca he usado drogas, pero me imagino que así se debe
sentir la primera vez que inhalas cocaína, ese primer disparo de heroína.
Jodidamente adictivo.
Nuestros labios chocan y se mueven uno sobre otro, enojados y húmedos.
No puedo dejar de tocarla. Mis manos están en todas partes: su rostro, su
cabello, su trasero, agarrando sus caderas. Tirando más cerca, desesperado por
sentir más de ella — queriendo hacerla sentir exactamente lo que me está haciendo
a mí.
Necesito aire, arranco mi boca de la suya y ataco su cuello. Me doy un festín
con ella, como un hombre hambriento. Y eso es exactamente lo que soy — voraz —
por ella. Inhalo mientras lamo, chupo y mordisqueo mi camino de su mandíbula a
su oreja.
Ella está lloriqueando incoherencias, pero tengo la idea. El sonido de su voz,
salvaje y sexy, me hace gemir. Y su aroma. Dulce Cristo, huele… flores y azúcar.
Como una de esas rosas de confitería decorativa en la parte superior de un pastel.
Malditamente delicioso.
Y sus manos tampoco están quietas. Ella agarra mis bíceps, y el calor de sus
manos se filtra a través de mi camisa de vestir. Raspa sus uñas en mi espalda y sumerge los dedos debajo de la cintura de mis pantalones, moviéndose luego para
ahuecar mi culo.
Me estoy muriendo. Estoy ardiendo. Mi sangre es fuego jodidamente
líquido, y me parece que nos vamos a convertir en humo antes de que lleguemos
hasta el sofá. Dak jadea cuando atraigo el lóbulo de su oreja en mi boca y me
deslizo través de la carne por debajo de ella con mi lengua.
—¿James? Jamie, ¿qué estamos haciendo?
—No sé—, gimo en una voz áspera—. Simplemente… no dejes de tocarme.
No lo hace.
Y yo estoy de vuelta en su boca. Hundiendo mi lengua en ella, deslizándola
contra ella de la misma manera en que me muero por deslizar mi polla en su
húmedo y acogedor cuerpo. Siento sus caderas empujar hacia adelante contra las
mías. Y toda la sangre que queda en mi cuerpo desciende, dejándome más duro de
lo que he estado en mi vida.
Las semanas de necesidad y frustración me recorren. Me he cepillado con
Colgate durante demasiado tiempo— y sabe cómo una mierda.
—¿Sabes cuánto quiero esto? ¿Te deseo? Dios,Dak …He soñado con esto… lo
he suplicado. Me haces… ah, no puedo… tener suficiente de ti.
Sus manos están en mi pecho, frotando, raspando, bajando por mi abdomen,
hasta que una roza contra la parte delantera de mis pantalones y yo siseo de placer
puro y agonizante. Antes de que pueda respirar, está acariciando mi polla a través
de mis pantalones y yo empujo hacia adelante. No existe alguna semblanza de
control o finura.
Mis manos suben a sus pechos, y ella arquea su espalda para acercarlos.
Aprieto y ella gime otra vez. Toco donde sé que están sus pezones, frustrado por
su blusa y sujetador. Quiero tirar y pellizcar de esas bellezas hasta que sean dos
picos agudos. Su boca está en mi cuello, besando, y yo levanto la barbilla.
Nunca ha sido así. Nunca he sido así. Nunca sentí tanto por alguna mujer,
no importa que sea una mezcla de ira y lujuria.
—Jamie…Jamie, no puedo hacer esto. Amo a Billy, — jadea ella.
Su confesión no me afecta como crees que lo haría. Sobre todo porque su
mano todavía sostiene mi polla cuando lo dice. Sus acciones dicen todo lo contrario
que su voz. Las manos y las caderas que me están tirando más cerca, acariciando,
rogando por más.
—Eso está bien, Dak. Bien. Ama a Billy. Cásate con Billy. Pero, por
favor…Dios… por favor folla conmigo.
No sé lo que estoy diciendo. No sé si tengo sentido. Un único y solitario
pensamiento se agita en mi cabeza como una melodía primitiva:
Más.
Bajo mi barbilla, queriendo saborear su boca otra vez. Pero en vez de sus
labios…Hago contacto con su palma. Abro los ojos para encontrar su mano
cubriendo mi boca, bloqueándome. Su pecho está elevado, subiendo y bajando en
jadeos enérgicos, rápidos.
Y entonces veo sus ojos. Y siento que acabo de recibir una bola de
demolición en el pecho. Porque sus ojos son grandes con pánico y confusión. Trato
de decir su nombre, pero es amortiguado por su mano.
Oigo un sollozo en su voz cuando dice, —No puedo hacer esto, Jamie. Lo
siento. Billy… este trabajo… esta es mi vida. Toda mi vida. YO…No puedo.
Tiembla. Y de repente, mi necesidad, mi deseo y mi erección aún-rabiosa
son todos empujados a segundo plano, detrás del deseo abrumador de consolarla.
De decirle que está bien. Qué todo estará bien.
Lo que sea. Diré algo para quitar esa expresión de su cara.
Pero no me da la oportunidad. En el momento en que quita su mano de mi
boca, corre por la puerta. Y se ha ido antes de que yo pueda tomar aliento. Debería
ir tras de ella. Debería decirle que está bien ya que me paro los frenos. Que esto no
tiene — y no — cambia nada. Aunque es una gran mentira, y lo sabemos, ¿no es
así?
Pero no sigo a Dak. Y la razón es simple: ¿has probado a correr con una
erección asomando?
¿No?
Bueno, es casi imposible.
Me derrumbo sobre el sofá y descanso mi cabeza hacia atrás. Mirando al
techo, me pellizco el puente de la nariz con los dedos. ¿Cómo es que algo tan
simple como el sexo se volvió tan malditamente complicado? Tampoco lo sé.
Dios mío, estoy tan duro. Quiero llorar— lo admito. No me avergüenzo.
Quiero llorar ante el dolor punzante en la ingle que no tendrá ningún alivio. La
idea de salir y encontrar una sustituta para Dak ni siquiera entra en mi cabeza.
Porque mi polla sabe lo que mi cerebro está empezando a admitir.
No hay una sustituta para Dakota Jhonson. No para mí. Ahora no.
Bajo la mirada hacia la tienda de campaña en mi regazo. Que no muestra
ningún indicio de irse en cualquier momento pronto.
Va a ser una larga, larga noche.
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enredados
FanfictionJames Dornan es un ganador. Guapo y arrogante, hace tratos de negocios multimillonarios y seduce a las más hermosas mujeres de Nueva York con sólo una sonrisa. Tiene amigos leales y una familia indulgente. ¿Entonces por qué ha estado encerrado en...