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Y ASÍ COMENZARON—los Juegos Olímpicos de la banca de inversiones. Me
gustaría decir que fue una competencia madura entre dos profesionales y
altamente inteligentes colegas. Me gustaría decir que fue amistosa.
Me gustaría pero… no lo haré. Porque estaría mintiendo.
¿Recuerdas el comentario de mi padre? ¿Acerca de Dak siendo la primera
en llegar a la oficina y la última en irse? Se quedó en mi mente toda esa noche.
Verás, conseguir a Anderson no sólo era hacer tu mejor presentación, tener
las mejores ideas. Eso es lo que Dak pensaba… pero yo tenía más conocimiento. El
hombre es mi padre, después de todo; compartimos el mismo ADN. También se
trataba de recompensar. Quién era más dedicado. Quién se lo había ganado. Y
estaba determinado a demostrarle a mi padre que yo era ese “quién.”
Así que, al día siguiente llegué una hora más temprano. Más tarde esa
mañana cuando Dak llego, no levante la mirada de mi escritorio, pero sentí
cuando paso por mi puerta.
¿Ves la mirada en su rostro? ¿La leve pausa en su caminar cuando me ve?
¿El ceño fruncido que aparece cuando se da cuenta de que es la segunda en llegar?
¿Ves el acero en sus ojos?
Obviamente, no soy el único jugando para ganar.
Entonces, el miércoles, llego a la misma hora para encontrar a Dak
tecleando sin parar en su escritorio. Alza la vista cuando me ve. Sonríe jovialmente.
Y saluda con la mano.

No. Lo. Creo.
El día después de eso, llego otra media hora más temprano… y así
sucesivamente. ¿Ves el patrón aquí? Para cuando llega el siguiente viernes, me
encuentro a mí mismo dirigiéndome al frente del edificio a las cuatro y media.
¡Cuatro y media, maldita sea!
Aún está oscuro. Y cuando llego a la puerta del edificio, ¿adivina a quién
veo frente a mí, llegando a la misma hora?
Dak.
¿Puedes oír el siseo en mi voz? Espero que puedas. Nos quedamos ahí
parados mirándonos el uno al otro a los ojos, aferrando nuestros capuchinos extra
grandes-llenos de cafeína-con moka doble en nuestras manos.
Como que te recuerda a una de esas viejas películas del oeste, ¿no? Ya sabes
de las que estoy hablando, aquellas donde los dos tipos caminan por una calle
vacía al mediodía para un duelo. Si escuchas con atención, probablemente puedas
escuchar la solitaria llamada de un buitre al fondo.
Al mismo tiempo,Dak y yo dejamos caer nuestras bebidas y corremos
como locos a la puerta. En el vestíbulo, ella presiona furiosamente el botón del
elevador mientras yo me dirijo a las escaleras. Genio que soy, me imagino que
puedo subirlas de tres en tres. Casi mido uno ochenta, largas piernas. El único
problema con eso, por supuesto, es que mi oficina está en el piso cuarenta.
Idiota.
Cuando por fin llego a nuestro piso, jadeando y sudando. Veo a Dak
recargada tranquilamente contra la puerta de su oficina, sin abrigo, un vaso de
agua en mano. Me lo ofrece, junto con esa hermosa sonrisa suya.

Me hace querer besarla y estrangularla al mismo tiempo. Nunca me ha
gustado el S&M10. Pero estoy comenzando a ver sus beneficios.
—Aquí tienes. Te ves como que podrías usar esto,Jamie—me tiende el vaso
y se aleja de manera ostentosa—. Que tengas un buen día.
Bien.
Claro, que lo tendré.
Porque está comenzando de forma genial hasta ahora.
Estoy seguro que he dicho esto antes, pero lo diré de nuevo para que nos
entendamos. Para mí, el trabajo supera al sexo. Cada vez. Siempre.
Excepto los sábados por la noche. El sábado es noche de club. Noche de
chicos. Noche de salir-con-chicas-hermosas-y-follarlas-hasta-que-se-desmayen. A
pesar de mi renovada diligencia en el trabajo cuando compito contra Dak por
Anderson, mi noche de sábado no cambia. Es sagrada.
¿Qué? ¿Quieres que me vuelva condenadamente loco? Puro trabajo y nada
de juego convierte a Jamie en un cascarrabias.
Entonces, ese sábado por la noche conozco a una morena divorciada en un
bar llamado Rendezvous. Me he encontrado a mí mismo sintiéndome atraído hacia
las morenas durante el último par de semanas.
No necesitas ser Sigmund Freud para entender esa.

10 S&M: Sadismo y Masoquismo, también conocido como Sadomasoquismo cuando se unen ambas prácticas. El sadismo es
la obtención de placer al realizar actos de crueldad o dominio. El masoquismo, que es la obtención de placer al ser víctima de
actos de crueldad o domino, es el antónimo y complemento potencial del sadismo.

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