El día

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Y si, así pasaron los días, un pequeño escalofrío recorría mi cuerpo cada vez que me acordaba que iba a conocer oficialmente a la hermana de Juan, Lucía.
Era obvio, los días iban pasando y este momento iba a llegar, pero aún no podía asimilar como todo esto estaba pasando ¿Juan y yo éramos novios? Aún no me había pedido nada. ¿Debería pedírselo yo? Ni loca Ayla, hazme el favor de no perder la poca dignidad que te queda trabandote delante del chico que te vuelve loca con esa sonrisa.

Me negué completamente, respiré y abrí mi armario pensando en que tipo de ropa me acompañaría en este día tan importante ¿Elegante? ¿Cómodo? ¿Informal?
Después de tanto estrés y de llamar un montón de veces a Kinda, mi mejor amiga, opté por unos pantalones y una camiseta negra, algo sencillo, como me dijo Kinda, solo iba a ver a su hermana, no al maravilloso Harry Styles.

Había quedado en casa de Juan, a las dos del medio día, comería allí. Me subí en mi moto Vespa y fui dirección hacia allí, mis pensamientos negativos rodeaban mi cabeza ¿Y si dice que soy una amiga? ¿Y si le caigo mal a Lucía? ¿Y si se me cae algo?
Y de tanto y si, cuando llegué a la puerta no me di cuenta de que Juan estaba esperándome y al verme, guardó su móvil y sonrió, caminé hacia el arreglando mi pelo largo y me abrazó.

-¿Que tal preciosa?
El corazón se aceleró.
-Mal, fatal, Juan estoy nerviosa.
-Relájate ¿sí? tiene muchas ganas de conocerte. -Me besó en la cabeza.

Me cogió de la mano y empezamos a subir, por más que me dijera que me relajara no podía dejar de pensar y mi barriga no paraba de revolverse. Llegamos y ahí estaba Lucía, poniéndo la mesa y al verme sonrió, llevaba una camiseta de cuello alto y una chaqueta de lana azul y blanca por encima, su pelo era largo y liso con algunas mechas, tenía el septum que decoraba su puntiaguda y perfecta nariz, sus labios gordos y sus ojos grandes. Vaya, al parecer esto de ser guapos viene de familia.

 Vaya, al parecer esto de ser guapos viene de familia

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-¡Ya estamos en casa! -exclamó Juan.

Lucía se acercó hacía nosotros metiendo una de sus manos en el bolsillo trasero de su pantalón azul. Me animé y hablé

-Hola, encantada Lucía, soy Evan -Le tendí la mano, pero ella se acercó a mí y me abrazó.
-Encantada guapísima, pasa, ya está la comida hecha.

Sonreí y entré al acogedor comedor que Juan tenía tan limpio, respiré el aroma de la casa y me paré en seco en medio de este.

-Dame si quieres el bolso, te lo dejaré por aquí cerca por si necesitas tenerlo a mano, pero sin que te moleste. -Lucía me tendió la mano para que le diera el bolso, haciendo que me fije en sus uñas.

-Que pasada ¡Son super vintage! ¿Las hiciste tú? Juan me comentó que te encanta la manicura -Sonreí.

-Gracias bonita, y sí, me las hago yo, voy intentando mejorar poco a poco. Si quieres, después de la cena puedo hacerte unas -Se sentó en el sofá.
-Dios me encantaría -Sonreí entusiasmada.
-¡Evan! -Me llamó Juan. -Ven un segundo por favor.
Seguí su voz hasta que me llevó a una cocina, una cocina elegante pero a la vez con un toque rústico, al igual que el comedor.

-¿Que tal lo llevas cielo? He escuchado que hablabais. -Rodeó mi cintura con sus manos.
-Es preciosa Juan, se nota que sois familia, no te rías, es enserio. Me ha dicho que después de la cena me hará unas uñas, estoy demasiado feliz, no sabes lo mucho que me sube la autoestima unas uñas nuevas.

Juan me miraba con ternura y sonriente.
-Vamos, ayudame con estos platos.
Seguí sus pasos a través del pasillo con decoraciones azules, que hacían ese estrecho pasillo, acogedor.

Lucía sonrió cuando nos vio llegar, se levantó y se sentó en una de las sillas cercanas a la chimenea, Juan y yo enfrente.

La cena transcurrió de lo más normal, preguntas de "¿Sois algo serio?" A lo que Juan, sonriente respondió un "Tenemos que hablar de ello" algo que hizo que se me pusieran los pelos de punta.
Y llegó mi parte, mi parte favorita de la noche, Lucía puso algo de música popular en un altavoz mientras me hacía las uñas y reíamos de los pasos de baile de Juan.

-Sigues igualito, no cambias en nada -Se reía Lucía a carcajadas.

Yo sonreía admirando esa pequeña familia, en la que de un modo u otro, y estaba incluida, y me sentía feliz por ello, feliz por tener a Juan, y feliz por poder contar con Lucía.










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⏰ Última actualización: Mar 17, 2022 ⏰

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