v e i n t i o c h o

0 0 0
                                    

Emilio.

No sabia lo que me pasaba cuando de ella se trataba, pero sabía que tenía la maldita obligación de permanecer junto a ella como si una fuerza mayor así lo quisiera. Alexia podía hacer poner mi mundo al revés si así lo quisiera porque había despertado eso en mi, y aunque no debía admitirlo o al menos no ahora cuando la tengo tan cerca pero tan lejos a la vez.

Ella descansaba plácidamente sobre mi brazo mientras que uno de los suyos rodeaban mi cintura al igual que sus piernas las mías, podía detallar cada fracción de su maldito hermoso rostro.

Pestañas largas y espesas, sus mejillas y nariz manchado de diminutas pero notorias pecas, sus labios eran grandes, rosados y deliciosos. Sus dedos largos al igual que sus uñas pintadas de esmalte negro, su cuerpo era tema sin explicación, era la definición de arte en persona. Pero había algo más, ella era astuta, perseverante y tan inteligente que asusta, porque sus palabras hacen diminutas las tuyas, su forma de expresarse y como movía las manos cuando lo hacia, estaba vuelto loco por ella.

Alexia Holloway era mi perdición.

-Pareces acosador -habla haciendo que salga de mi burbuja.

Se separa un poco de mi cuerpo para estirarse y poder adaptarse a la luz que entra apenas por las cortinas de su habitación, pasa las manos por su rostro y luego vuelve a mirarme para volver a posicionarse más cerca de lo que antes estaba escondiendo su rostro entre el espacio de mi hombro y cuello.

-Veo que te has levantado cariñosa -me giro para envolver su cuerpo con mis brazos y piernas.

-Bueno, no siempre te levantas con Emilio Ramsom en tu cama -levanta la mirada dejándome idiota con el azul celeste de la misma.

-Harás que me enamore de ti antes de lo esperado.

-Tu ya estas enamorado de mi Emilio, solo que no lo admites -habla con aires de grandeza.

-Tal vez -me encojo de hombros- pero haré que te confieses primero.

-Suerte con eso -posa su mano en mi mejilla acariciándola y se acerca uniendo nuestros labios en un beso bastante tierno.

-¿que harás hoy? -hablo entre besos.

-Depende -me besa por última vez antes de separarse- ¿me quieres invitar a algún lado?

-Depende, si me vas a rechazar no lo haré.

-Bueno no tengo mucho que hacer, ya que anoche no me dejaste salir a ningún lado, yo estaría llegando a dormir justo en este momento.

-Te hubieras negado a estar conmigo entonces.

-¿me abrías dejado? -entrecierra sus ojos esperando una respuesta pero ella ya sabe cual es- ¿porqué no me dijiste que vendrías?

-No lo se, estaba demasiado cabreado imaginando que otro veía la ropa que yo mismo escogí -aparto su rebelde mechon de cabello de su rostro- creo que fue por eso.

-¿y que hubieras hecho si no estaba en casa?

-Tal vez llamarte y obligarte a que me digas donde estabas, irte a buscar para luego regañarte y luego me digas que estas exitada haciendo que deje de estar enojado...

-Celoso -corríge.

-Bueno, eso. Pero al final terminaríamos follando igual o mejor que anoche -beso su pequeña nariz y ella sonríe- así que dime, ¿quieres pasar este fin de semana conmigo?

-No me gustan las montañas, y los barcos hacen que me maree, así que dime que haremos.

-Empaca ropa para estos dos días -beso sus labios antes de levantarme- aunque no creo que estés mucho vestida, pasaré por ti en dos horas.

-Como diga mi capitán -se remueve sobre la cama quedando en el lado donde había estado durmiendo yo y se envuelve en las mantas quedando recostada y cerrando sus ojos.

-No te duermas Alexa, sabes que no me gusta esperar.

-Tengo dos horas, podría dormir un poco más -habla sin abrir sus ojos.

-Bien, como digas -me agacho a su altura y beso su mejilla algo rosada- te veo en dos horas -asiente y yo salgo de la habitación.

POR UN NUEVO DESPERTAR, SALUD. (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora