Por Cada Flor Marchita

𝙋𝙖𝙡𝙖𝙗𝙧𝙖𝙨 𝙝𝙞𝙧𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚𝙨

𝘗𝘖𝘝 𝘈𝘓𝘉𝘌𝘋𝘖

"¿Cuantos días pasaron desde que te fuiste?"

Me senté en el borde de mi cama, agarrando aquel gorro que alguna vez fue de mi asistente... Mi dulce asistente... Se puede decir que la extrañaba o algo parecido pero con más intensidad, en ese momento que se la llevaron, no salió palabra de mi boca tenía tantas ganas de decirle que estaría aquí para ella; que nunca me iría y la esperaría hasta el final...

— Hermano albedo -tiro de la camisa-

Sacudi de manera rápida mi cabeza y dirigí mi mirada hacia la pequeña vestida de rojo... Me agache a su altura, luego puse una de mis manos en el hombre de la niña para poder hablar con más comodidad.

— ¿Paso algo Klee? -sobe su hombro-

La pequeña bajo su cabeza y entrecurso los brazos, parecía estar triste, levanto su mirada para mirarme de manera fija.

— ¿Cuando volverá la señorita Sucrose? -pregunto de manera nerviosa-

Al oir aquello, me quedé inmobil ¿Que se supone que le dijera? Apenas es una niña, no comprendería de que hablo. Mordi mi labio inferior intentando buscar una respuesta para su pregunta, mientras miles de opciones iban y venían, tocaron la puerta de manera ligera.

— Puede pasar -me levante-

Cuando abrieron la puerta pude visualizar el cabello azulado de un chico, con parche en el ojo y vestimenta de un caballero de Favonios. El se acercó de manera silenciosa, se agachó y pidió a Klee que saliera del lugar, a lo que ella asintió.

— ¿Se te ofrece algo, Kaeya?

Me dirigí a mi escritorio, poniendo a un lado el gorro de Sucrose para agarrar unos papeles en blanco y una pluma para escribir en ellos.

— Quiero hablar sobre Sucrose -habló de manera fría-

Al escuchar el nombre de mi asistente, llegue a presionar con fuerza la pluma contra la hoja ¿Que quería saber el de Sucrose? No es que sea entrometido, pero a que venía todo eso.

— ¿Para que quieres hablar de ella?

Segui escribiendo con normalidad mientras intentaba calmarme, que demonios quiere saber, si el no sabe nada de ella, yo peor.

— Se que es la culpable de todo lo sucedido el año pasado y este.

Rompí la pluma... ¡¿COMO SE ENTERÓ?! Talvez los estubo espiando mientras se encontraban en su "cita". Trate de tranquilizarme, pensé en miles de excusas y posibles respuestas para preguntas futuras, pero se hacerco más a mi escritorio.

— ¿Por que tratas de ocultarlo? -habló en seco- Ella es la culpable del asesinato de la Maestra Jean y aún así... ¿Intentas protegerla? Es totalmente absurdo.

No sabía que decir, se supone que nadie debía de enterarse pero por cierta parte tenía razón, por culpa de su terquedad, le quitaron la vida a la Maestra Jean.

— No es algo de tu incumbencia

Busque otra pluma por los cajones de mi mueble, cuando escuche un golpe muy fuerte en mi escritorio, alce mi mirada y pude ver a Kaeya golpeando repetidas veces la madera.

— ¡¿NO ES DE MI INCUMBENCIA?! Por culpa de ella murió Jean y salió herida tu hermana, aun así dices que NO ES DE MI INCUMBENCIA.

No le tome importancia a sus gritos y golpes contra la mesa, solo quería que se largara, pero justo cuando le iba a pedir que se retirara, abrió su maldita boca.

— Yo siempre supe que es una fatui, lo sabía todo, pero no dije nada para que no afectará la relación que tenías con ella.... ¡ELLA ES LA ASESINA, LA CULPABLE, ES DE TODO, PERO NO UNA BUENA PERSONA! Es una doble cara...

Ya me harte, lo agarre por el cuello de su camisa, estaba furioso ¿Como se atreve a llamarla "asesina"? Nada de esto fue su culpa, estaba apuntó de golpearlo en la cara, pero entre en razón.

— Sabes, no vale la pena golpearte, tu boca esta llena de palabras estúpidas e ignorantes. No era de esperar que Diluc, aun no te perdone aunque fueras su hermano, ahora... LÁRGATE DE AQUI 

El se quedó callado y se fue de la habitación tan rápido como puedo, en ese momento no controle mis emociones, estaba furioso, triste, nervioso y.... asustado.

"Llegamos a cegarnos por amor, que para defenderlo herimos a otros con nuestras palabras"