𝘾𝙚𝙧𝙘𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡

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//Escena que se lleva a cabo en Levantaviento//

𝘗𝘖𝘝 𝘈𝘓𝘉𝘌𝘋𝘖
A los pocos minutos de llegar al lugar, nos sentamos en el pasto y empezamos a charlar un poco, ella no será de hablar pero los pocos temas de conversación que tiene me parecen interesantes. A decir verdad, me gustaba su compañia, su voz era muy suave, relajante...
De un momento a otro nos inundó el silencio, no teníamos de que hablar, así que me puse a buscar algunas margaritas voladoras y hacer otra corona con ellas.

- ¿Porque esta haciendo otro corona? -pregunto la chica-
- Bueno, me gustaría ir a juego con la que llevas tu. -coloque la corona en mi cabeza- ¿Que tal me veo? -sonreí de manera leve-
- ¡Le queda muy bien! -dijo entusiasmada-

Mis mejillas ardieron un poco ante el comentario, la verdad no me esperaba que alzara la voz de esa manera, intente ocultar mi rostro entre las flores que habían sobrado al realizar mi manualidad. Antes de que yo pueda decir algo, escuche que alguien gritaba el nombre de Sucrose junto al mío, ella se levantó y dio una seña dando a conocer nuestra ubicación.
A lo lejos pude diferenciar la silueta de Kaeya, venía corriendo a una velocidad increible.

- E-es Klee -dijo intentando recuperar el aliento-

Al escuchar que se trataba de Klee, fui sin dudar hacia la catedral, era el primer lugar donde supuse que se encontraria y fue así... Ví a Klee junto a Bárbara, estaba con heridas, graves heridas, estaba sangrando. Me acerque rápidamente hacia ella, la tome entre mis brazos, la lleve a una habitación donde se encontraba una camilla para recostarla y poder revisar sus heridas.

- Klee... ¿Quien te hizo esto? -pregunte entre lágrimas-
- H-herman-no Albedo.... -susurro- ¿Ahora p-podre ir a v-visitar a J-Jean?
- ¿Que? ¡No digas eso! Aun te necesito, necesito que estes conmigo...
- ¿Eh...? ¿Quedarme...? Pero, ya quiero v-visitar a Jean -dijo entre lágrimas junto a una sonrisa-
- ¡No, aun no! ¡Quedate, porfavor!

Pude visualizar como el brillo de sus ojos se apagaban, la fuerza con la que apretaba mi mano se desvanecían, su sonrisa desaparecía poco a poco... Desesperado, empeze a tratar sus heridas de manera rápida, rogando que aun respirara....
Pide sentir su pequeño corazón mantener un pulso normal, suspire aliviado, aunque aun tenía la preocupación de que falleciera.

Pasaron dos días y aun no despertaba, mi preocupación incremento, la esperanza de que abriera sus ojos, desvanecian en cuestión de horas...
De pronto sentí que una mano se apoyaba en mi hombro acompañada con una suave y dulce voz...

- Maestro Albedo, vaya a descanzar, yo estaré al tanto con Klee -dijo con una mirada triste- Velare por ella...
- Oh, gracias Sucrose, pero Klee esta bajo mi cuidado -bosteze- Pensándolo bien... Tienes razón, quédate con Klee esta noche, porfavor.
— Claro -sonrio- Ahora porfavor, vaya a descanzar.

Acenti y me retire de la habitación, en realidad me encontraba bastante exhausto apenas podía mantenerme en pie. Tan pronto como salí de la habitación, escuche un fuerte golpe... como una ventana rompiéndose, luego de eso se oyó un grito que fue ahogado y cuando volví a entrar lo único que encontré fue a Klee, una ventana rota y... El gorro de Sucrose ¡¿Que demonios esta pasando?!
Me apresure a verificar si Klee se encontraba bien, luego salí del cuarto llamando a Lisa y Karla que se encontraban cerca.

— ¿Paso algo, Albedo?
— Gritaste muy fuerte... -mencionó lisa-
— ¡Sucrose, fue secuestrada!
— ¿Que? -dijeron ambos al mismo tiempo-
— ¡¿En que momento?! -exclamó el chico con el parche-
— ¡La deje junto a Klee, de un momento a otro escuche un golpe y cuando entre, encontré la ventana rota y ella ya no estaba!
— Vamos a buscarla -grito Lisa-

Salimos rápidamente de la sede de caballeros de favonius, nos separamos para encontrarla lo más pronto posible, pasaron minutos y luego horas.... La desesperación se apoderó de mi, ¿Que demonios esta pasando? ¿Porque mis seres queridos están siendo heridos? Pregunta tras pregunta pasaban por mi mente, si tan solo ni la hubiera dejado sola...

— tsk ¡MALDICION, QUE QUIERES DE MI, QUE QUIERES MALDITO MUNDO! -grite por la frustración-

Las lágrimas se apoderaron de mis ojos, mi respiración disminuiba por cada segundo que pasaba ¿A esto llaman un ataque de pánico? Empeze a rotercerme por el césped, tenía un dolor insoportable, no se si era de manera sentimental o física... La cosa es que dolía.

— Klee... Sucrose... ¿Porque esta pasando esto?

Di pequeños susurros, apenas podía mantener mis ojos abiertos, estaba exhausto... Será por los días que no he dormido, o por la larga caminata que di sin haber descansado. No pensé mucho, antes de cerrar mis ojos pude ver una silueta femenina, será... ¿Sucrose? Intente levantarme pero fue en vano, me encontraba agotado, mis ojos se cerraron tan rápido como habían tocado el pasto.

— Ya estoy aquí, Sr. Albedo -se inclinó un poco- Lamento haberlo hecho esperar bajo los rayos del Sol, supongo que me quedaré a su lado hasta que despierte.

Eso fue lo último que llegue a escuchar, antes de quedarme dormido... 

"¿Que sería mi vida sin ti? Estaría perdido en mi camino, triste y malhumorado, llorando por este amor sin final determinado"

Por Cada Flor Marchita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora