-Amo tus besos- _ comentó el alfa mientras mantenía sus manos en la pequeña cintura de su omega, comenzaba acariciar sobre la tela queriendo sentir la suave piel de Harry pero tampoco quería pasarse ya que el menor no le había dado ese permiso.
Harry bajó su mirada algo avergonzado, aún no se acostumbraba a los constantes halagos de parte de su alfa.
-Es porque no has probado los de otro omega-_ respondió, tenía sus manos en el cuello de Louis, amaba sentirlo cerca, muchas veces fantaseó enrolarse junto al castaño pero estaba siendo paciente porque el ojiazul nisiquiera le había pedido ser su pareja.
-No necesito hacer eso, estoy seguro que no existen mejores besos que los tuyos Harry- _ contestó seguro
El rizado se mordió el labio inconsinte fijando su mirada en la boca del más alto, suspiró haciendo chocar su aliento contra el otro quien quedó hipnotizado viendo a su omega ahí frente a él.
-Debería irme a casa, no puedo llegar tarde-_ surgió, la verdad que no tenía problemas con la hora ya que sus padres confiaban en ambos pero el rizado no confiaba en él mismo.
Siempre soñó con entregarse en cuerpo y alma a su alfa destinado, ser pareja y esperar a su luna de miel para hacer el amor, eso planeaba con Isaac, pero luego apareció Louis rompiendo con todos sus esquemas y sus planeas haciéndolo sentir mareado con su aroma tan varonil y penetrante que alertaba sus sentidos para restregarse sin parar en los brazos fuertes del alfa quien lo hacía perder parte de su lado racional.
Harry se perdía varias veces en sus manos y en como estas se veían toscas con sus venas marcadas, suspiraba cada vez que sin querer veía el pecho de Louis cuando uno o dos botones de su camisa se desabrochaba de repente. Quedaba sin aliento al verlo con pantalones cortos, como esa vez que decidieron pasar la tarde en una de las casas de los Tomlinson en donde tenían una enorme piscina, ver a Louis salir del agua, gotas resbalando por su tonificado cuerpo y la tela de su traje de baño pegado a su zona íntima lo hizo jadear y mojar un poco sus suaves bragas, agradeció haber tomado sus pastillas para que el otro no sintiera su aroma debido a sus hormonas.
Louis era todo lo que rondaba en su mente, muchas veces despertaba en medio de la madrugada, luego de haber soñado que el alfa estaba a su lado besandolo con insistencia abría sus ojos con su pulso acelerado, así que, pasar sus manos lentamente por su cuerpo tocando zonas sensibles imaginando las grandes manos de su alfa, lo hacía agitarse y sentirse flotar e imaginaba como sería la sensación tan gratificante si verdaderamente Louis lo tocara.
Luego de su segunda cita y su primer beso, siguieron probando de su boca, parecían estar bien con eso pero el menor ansiaba poder llamar novio a Louis pero este solo no daba ese paso.
Ya han transcurrido dos meses.
Dos meses en los cuales Louis se ha encargado de cortejarlo de una forma que jamás creyó sucedería con él.
El alfa es muy atento, detallista, siempre lo llena de halagos y está muy pendiente de él. Han tenido más citas las cuales terminan en una serie de besos que no permiten suban de tono porque saben no podrán controlarse.
No era diferente con Louis, quien siempre contaba hasta diez para calmar sus impulsos de tomar a Harry entre sus brazos para sentirlo y besar cada rincón de su cuerpo. Lo deseaba tanto, nunca antes había tenido esa sensación de querer sumergirse en una persona pero aparece el omega y lo lleva al borde del precipicio, con sus labios gruesos y su piel suave, con su cuerpo, que gracias a las constantes citas y a que el castaño siempre le da de comer en su boca ha ganado peso haciendo que sus piernas se vean más llenitas, que comiencen a aparecerle rollitos en sus costados y creando un trasero respingón.