Un año atrás

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-En este bosque maldito, quien entra no sale.

-¿Y eso por qué?

-Porque, bueno yo no sé si es verdad, hay una bruja que ataca a los incautos visitantes sacándoles los ojos para dejarlos morir en la más absoluta oscuridad.

-Y vas tú y te lo crees, eso son historias tipo hombre del saco para asustar a los visitantes e impedir que se diviertan ¿es qué no te das cuenta?

-Yo no estaría tan seguro de eso Manuel, es más, hay indicios de que ha sucedido más de una vez.

-Más de una vez ¿cuándo?

-Pues el año pasado, justo la noche de Halloween, entraron cinco jóvenes en el bosque y solo regresaron dos.

-Se habrán ido de copas, suele pasar una noche loca siempre termina en el bar.

-Pues tú sabrás lo que haces, yo vuelvo a mi casa no quiero perder la vida por una estúpida apuesta entre amigos.

-Yo aposté mil euros, así que no pienso echarme para atrás, necesito el dinero para reparar el tejado de mi casa.

-Pues te repito, solo espero que llegues vivo a la mañana para disfrutar del dinero que vas a ganar.

-Eso no lo dudes, ya estoy frotándome las manos con los billetes, y esa bruja que ni aparezca o se las verá conmigo.

Doce de la noche en el bosque de la niebla

-Jajajaja, lo sabía esto es pan comido, llevo ya dos horas aquí acampado y lo único que he llegado a ver es un pequeño búho cazando un ratón.

Tan seguro estaba de sí mismo y de ganar los mil euros que se puso de pie y empezó a gritar.

-¿Dónde estás bruja? ¿por qué no apareces de una vez? Como ves yo no te tengo miedo y a tu costa me voy a llevar mil euros. La verdad es que no sé como en este estúpido pueblo pueden creer en ti y perder mil euros por pasar una noche en este bosque de cuento de hadas. Venga aparece ya y demuéstrame de una vez que existes, o será que no te gustan mis ojos.

Saboreando ya la miel de su éxito empezó a bailar alrededor de la hoguera dando vueltas al son de sus carcajadas. Tan contento estaba que no se dio cuenta de que unos ojos rojos como la sangre lo observaba.

-Venga ven maldita bruja y demuéstrame de lo que eres capaz – gritó Manuel con todas sus fuerzas al viento.

Lo que pasó después fue demasiado rápido para entenderlo. Vio ante sus ojos unas uñas afiladas que tras un horrible dolor lo dejaron en la más absoluta oscuridad, y luego sintió mucho frío, un frío helado por todo el cuerpo mientras le arañaban la piel.

La casa de la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora