Las ideas revolotean en su mente, con mil ideas, mayoría preguntándose dónde estaba o qué hacía Sophia, cansado de deambular se sienta en el antiguo sofá, aquel junto a la ventana, entre cerrando sus ojos logra ver una silueta cruzar fugaz por el patio.
-SOPHIA?!?!- se pregunta Abraham para si, mientras toma carrera hacia el exterior.
Al llegar junto al muerto y seco trozo de tierra, donde alguna vez hubo un hermoso jardín, el rostro de Abraham perdió todo color.
-Vi...Vi... Violeta...- dijo entre dudas.
La figura frente a Abraham se voltea y le ve de frente. Una sonrisa en el rostro de la mujer, invadió el ambiente con una calidez, lentamente el entorno fue cambiando. El cielo se torno a un cielo de medio día, la tierra se cubrió con hierbas, plantas y flores de todos los colores, formas y tamaños, la casa se veía reluciente de colores brillantes.
-esto... esto es...- Dice Abraham entre suspiros.
-Abraham....Abraham... jajaja no basta!!- se escuchaba a la lejanía una voz que le hacía familiar.
Abraham voltea y ve a una joven y radiante mujer, con un fino y deslumbrante traje de novia, en brazos de un jovial y alegre Abraham.
-¿soy... soy yo?- se dijo perplejo el hombre.
La joven pareja de recién casados, entraba a la casa con amplias sonrisas y evidente felicidad, Abraam intentó seguirlos, pero le es imposible entrar al interior de la casa, ahí de pie en medio del jardín, el tiempo pareció pasar rápidamente, pudo ver como él en sus años de juventud salía de casa, con un impecable uniforme militar, pudo ver a una joven esposa despidiéndose desde la puerta.
Pudo ver como el tiempo pasaba en su jardín, así como vio cómo la joven que fue su esposa cuidaba con esmero el bello jardín en su ausencia.
-Violeta...- El hombre trató tocar el rostro de la muchacha frente a él pero su mano solo le atravesó como si fuera humo.
En ese momento la escena cambió, esta vez podía verse a sí mismo llegar a casa, muy temprano por la mañana, así como a su mujer correr a sus brazos.
-Siempre me esperaba despierta....- dice mientras suelta un suspiro-... yo hacía todos los méritos posibles, para obtener la mayor cantidad de permisos, solo para verla.- recordaba Abraham al ver la escena.
La vida de Abraham junto a esa mujer, pasaba como una película, pronto pudo ver como su mujer, corría a sus brazos, como cada vez que volvía del ejército, esta vez le mostraba un papel, Abraam lo leía y explotaba de emoción, tomaba a su mujer en brazos y la giraba por los aires.
-Recuerdo este día, Violeta me dijo que seriamos padres...- decía el hombre con la voz entrecortada.
El tiempo en la vida de Abraham seguía pasando, la mujer seguía cuidando Las flores y esperándolo en la puerta cada vez que volvía a casa, mientras Abraham podía ver como el vientre de la mujer crecía sin parar. Hasta que un día se vio a sí mismo llegar con una enorme sonrisa y enormes maletas, esta vez la mujer no estaba en la puerta.
-Este fue el día que terminé mi servicio militar, llegué de sorpresa... Violeta tenía 7 meses de embarazo.- se decía para sí misma al verse llegar a hurtadillas. Al abrir la puerta y tras cinco minutos se escuchó un grito -Violeta se emocionó tanto cuando le dije, que ya no volvería al ejército, que de un grito me dejó sordo tres días- recordó entre risas.
Abraham puedo ver un breve tiempo, a sí mismo con esa mujer, sentados en un banca, en medio del jardín, abrazados ella tomando una de sus manos, él acariciando el abultado vientre con la otra. Luego pudo verse de traje y corbata, muy elegante.
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El Llanto de un hombre
RandomEl libro nos relata la historia de una pareja. Un hombre rudo y machista, decepcionado de la vida y sin animos de seguir viviendola, que conoce a una joven y bella mujer que a diferencia de él, es gentil, dulce y amorosa, liberal y un tanto feminist...