Ya habían pasado tres semanas, desde que mi papa nos dio la noticia de que nos íbamos a ir, este era mi último día en el colegio eso implicaba que me iba a tener que ir despidiendo de mis amigos, que aunque fueran pocos los iba a extrañar con toda mi ser, estaba parado en la esquina del patio donde siempre nos reuníamos en el recreo: Alma, Patricio y yo, a Alma fue la primera que conocí en kínder, desde allí nos volvimos inseparables, y Patricio lo conocimos en primer grado, nuestra amistad fue siempre de tres, no hablábamos con nadie más, no porque no podíamos, simplemente porque estábamos acostumbrados a estar los tres juntos. Finalmente, los dos llegaron a donde yo estaba, mi cara no era la misma de siempre y creo que ellos lo pudieron notar:
- Emi, Tienes una cara... ¿Lo que nos tienes que decir es tan malo? - me dijo Alma
- Bro, sabes que te vamos a apoyar en lo que sea – Dijo Patricio
- No sé cómo se lo vayan a tomar, esta decisión no me corresponde a mí, la tomaron mis papas
- Aja, ¿pero qué decisión es? – Dijo Alma, que a mi parecer ella ya se estaba imaginando más o menos que era
- Saben que mi papa se fue hace 9 meses a Rhode Island por su trabajo – ellos asintieron con la cabeza- Bueno acuérdense que él nos dijo que si todo salía bien nos íbamos a mudar y efectivamente va a pasar así... Este es mi último día en este colegio.
- ¿Ósea que te vas? -dijo Alma ya con lágrimas saliendo de sus ojos
- Si. – Le afirme
- Bro... te vamos a extrañar mucho- Patricio las lágrimas se le veían que estaban a punto de salir
- Y yo a ustedes – se me quebró la voz, con el llanto a punto de salir, los abrase.
No recuerdo con esa actitud cuanto habíamos durado abrazados, lo último que recuerdo es que luego sonó el timbre del recreo, y nos fuimos a casa, no recuerdo como nos despedimos en la salida ni nada, capaz si recuerde, pero ese momento debe estar bloqueado en alguna parte de mi inconsciente, de lo doloroso que tuvo que haber sido. Luego de mi último día de colegio, llegue a mi casa y me encerré en mi cuarto a llorar, simplemente llorar, sentir toda la tristeza que me rodeaba, en saber que ya en escasos días dejaría todo lo que había hecho en quince años, y empezaría una vida nueva, es como borrar algo por lo que trabajaste mucho tiempo y que de la noche a la mañana te lo derrumben, así me sentía yo.
Una semana después:
Aeropuerto, maletas otra vez, en este caso mi mama y yo yéndonos, aquí es donde uno se da cuenta de como la vida puede cambiar tan rápido, y en donde menos nos esperamos, pasan las cosas, esta vez solo nos vino a ver despedir mi abuela por parte de mama, ya que nos habíamos despedido de mis otros familiares en una reunión de despedida que hicimos, allí lloramos, gritamos, disfrutamos y vivimos el momento, mi abuelo no quiso ir porque no le gustaban las despedidas tan dramáticas y menos en el aeropuerto, así que solo nos abrazamos en la puerta de mi casa .
Mientras mama hacia el check – in, y mi abuela la ayudaba, yo estaba sentado en el piso al lado de las maletas, solo viendo al suelo, pensando... ¿Cómo será Rhode Island? ¿Mi nuevo colegio? ¿Seré el rarito de la clase solo por ser de otra ciudad?, tantos miedos, tantas inseguridades, que solo me llevan a pensar, más y más.
Ya estábamos a punto de ser llamados en sala de espera, y yo solo estaba abrazado a mi abuelita, no sabía cuándo la iba a volver a ver, ella tenía mucho trabajo en su nuevo negocio que había empezado, vendiendo hamburguesas, en un local, así que no iba a tener tiempo para visitarnos en verano:
- Acuérdate de ser un niño bueno como tú eres con todos, se tú mismo, nunca cambies para agradar a nadie más, simplemente se tú, y cuando sientas que alguien no te está aportando a tu vida aléjate, que las personas te quieran como eres, no como quieren que seas – dijo mi abuela
- Si abuela, te lo prometo y tu prométeme que en cuanto puedas y estés libre nos vendrás a visitar – le respondí
- Obvio que si mi amor
- Pasajeros Emilio Dustin y Virginia Laurin ingresar a sala de espera – dijo la vos del aeropuerto
- Bueno mis amores, buen viaje les deseo lo mejor – Nos abrazamos los tres
- Te amo abuela, te voy a extrañar
- Y yo a ti mi chiquito hermoso
- Te amo mami, acuérdate de que te llamare todos los días para preguntar cómo va todo
- Si hija, avísenme cuando lleguen, y me mandan una foto junto a Cristian cuando estén juntos
El abrazo termino, y las lágrimas mías, de mi mama y mi abuela, estaban saliendo con fuerza, finalmente nos volteamos y empezamos a caminar hacia la puerta por donde mi papa se había ido 10 meses atrás, cada paso se sentía como si solo la única opción que quedaba era avanzar, como si con cada paso, el camino de atrás empezaba desvanecerse, mi papa hace unos días había hablado con él y me había dicho que por nada del mundo mirara para atrás cuando este cruzando la puerta de la sala de espera, así que solo le hice caso.
Ya en la sala de espera, estaba sentado con mi mama al lado, yo con unos auriculares, mientras escucha una canción de Luis Fonsi: Corazón en la maleta, pegaba excelente con el momento, cada melodía me hacía recordar cada momento de mi vida, como si fuera una línea del tiempo, acordándome en el momento en el que Conocí a Alma, mi primera amiga, luego en medio del estribillo de la canción acordándome de la vez que actúe en un acto en primaria, una obra sobre el ratón Pérez y fui el protagonista, o la vez que fui el único en mi colegio con el mejor promedio en todas las materias, y me dieron un reconocimiento por eso, cada recuerdo hacía que me salieran más lagrimas sin yo darme cuenta.
Ya sentado en el avión, al lado de una ventana, justo en el ala, sentía a las famosas mariposas en el estómago, de emoción, por volver a ver a mi papa, no todo era tan malo, íbamos a estar juntos otra vez, mi mama también estaba emocionada, solo que la notaba más triste que yo, y creo que es comprensible, ella había vivido más tiempo en Ashland que yo, y por ende tenía muchos más años viviendo en la ciudad que yo, tenía más amigos, un trabajo estable, pero que aunque no le pagaran mucho ella se sentía bien, en esta nueva ciudad no sabía lo que nos esperaba:
- Señores pasajeros, bienvenidos a Rhode Airlines, nuestro destino será Providence, Rhode Island, ajusten sus cinturones y prepárense para el vuelo – Dijo la voz del capitan
- Ven para ayudarte con el cinturón hijo – dijo mi mama, ya que vio que me estaba costando amarrarlo, era la primera vez que viajaba en avión
- Gracias mami – le respondí y termino de atarlo
- ¿Estas listo para tu nueva vida?
- No estoy seguro, pero tratare de estarlo
- Tranquilo hijo, este va a ser un proceso tanto para ti como para mí, así que no estas solo
De repente el avión empezó a andar, conducía suavemente hacia la pista de despeje, yo solo veía por la ventana, cada vez arrancaba más rápido para tener impulso, y luego en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos por los aires, cerré los ojos, porque a decir verdad me dio un poco de miedo, luego cuando sentí que el avión empezó a equilibrarse los abrí, vi por la ventana, veía diversas casas y edificios pequeños, veía lo hermosa que era mi ciudad, la que había vivido en mis apenas 15 años, la que había hecho mi vida, y que ahora en diversas vueltas que dio mi destino, estaba aquí, sentado en un avión yendo a una ciudad que quedaba a 8 horas, y que solo en Ashland quedaban mis recuerdos. Por otra parte estaba feliz porque en escasas horas iba a volver a ver a mi papa...
ESTÁS LEYENDO
La distancia y el olvido
Teen FictionEmilio Dustin, cree que todo dura para siempre, hasta que se muda de su ciudad natal. Allí vera que está muy equivocado, su vida empieza a tomar un rumbo muy incierto, personas y situaciones le enseñaran que ni la familia, ni sus amistades, ni siqui...