🖤 Capitulo 3 🖤

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- Hijo, Hijo llegamos, despiértate ya llegamos – Escuchaba la voz de mi mama a lo lejos

Seguramente en algún momento del viaje me había quedado dormido, y muy profundamente, no sabía en qué momento exacto había pasado, lo último que recuerdo es que estaba sentado viendo por la ventana, y sentía como si mis ojos se cerraran solos, muy probablemente fue allí:

- ¿En serio?

- Si estamos a punto de aterrizar

Mire por la ventana, y veía un montón de autopistas, edificios más grandes, un lago que dividía diferentes sectores, haciendo que hubiera puentes para que las personas puedan trasladarse de un lugar a otro. Luego me reacomode en mi asiento, sentía una rara sensación en el estómago, eran nervios, nervios de felicidad por una parte por volver a ver a mi papa, y nervios que la única manera que encuentro para describirlos es rara, como si... no estaba en ese lugar, como si me mente se hubiera quedado en Ashland y no estuviera aquí. Sentía el avión descendiendo lentamente, ya estábamos a punto de aterrizar:

- Señoras y Señores pasajeros les informo que ya estamos aterrizando en la pista del Aeropuerto Estatal Theodore Francis Green Memorial, ajusten sus cinturones para el aterrizaje. – dice el capitán desde la cabina

- Hijo ven para ayudarte con el cinturón – dice mi mama, me lo ajusto ya que mientras dormía se desabrocho un poco

Ya llegaba el momento, en el que estábamos a escasos metros sobre la pista, así que sentía que el avión iba bajando lentamente, bajaba cada vez más, y más.... Hasta que por fin sentí como un pequeño golpe en la parte de debajo de mi asiento, lo que significaba que ya habíamos aterrizado. Los nervios esta vez eran de emoción, ya que estaba ya a unos pocos metros de mi papa, que estaría afuera esperándonos. Finalmente, cuando bajamos del avión fuimos a buscar nuestras maletas, y luego ya llegaba el gran momento, el que me tenía más motivado para vivir en Rhode Island: Reencontrarme con mi papa...

Cuando salimos de la sala donde esperamos las maletas, se veía una puerta que se deslizaba hacia los lados, antes de atravesarla teníamos que ir para que nos tomaran algunos datos sobre con quien nos ibamos a hospedar, en que lugar, y otras preguntas así. Y sin dudas el momento que estaba esperando durante los 10 meses mas largos y mortales de mi vida, había llegado.

Salimos del lugar donde nos estaban haciendo un interrogatorio, y avanzamos a la puerta, unas personas más adelante ya estaban pasando, y en una de esas en que una persona paso, vi a mi papa, en el momento sentí una sensación increíble en mi pecho, algo que no me alcanza este texto para describir, el también me había visto, y tenia su sonrisa de oreja a oreja que lo caracterizaba, sin pensar en nada más, corrí hacia él, dejando mi pequeña maleta, y a mi mama atrás, en ese momento no me importaba nada más, solo avance, y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba finalmente abrazando a mi papa, solo recuerdo que soltaba lágrimas, que se mezclaban con alegría, y algo de... ¿tristeza?, tal vez por todo lo que había tenido que esperar para que este instante sucediera. Mi mama también llego, y lo abrazo, fue un abrazo familiar, algo aún más increíble, y a decir verdad quería que durara para siempre.

Luego de ese nostálgico reencuentro, estábamos yendo de camino a nuestro nuevo hogar, en un taxi, todo el camino le venia haciendo preguntas a mi papa:

- ¿En dónde vamos a vivir en una casa o departamento? – Dije con una notable emoción

Que sea departamento, que sea departamento – decía yo en mi mente

- En un departamento hijo, es hermoso y es mucho mas bonito que nuestra casa en Ashland – Me respondió

- ¿Y me imagino que debe estar todo ordenado? ¿Verdad? Porque no pienso, tener que llegar a estresarme por tu desorden – dijo inesperadamente mi mama

El solo soltó una risa, que respondía a esa pregunta, con un indirecto NO

- ¿Y papa, como es mi habitación?

- Es increíble hijo, tienes un televisor mucho mas grande, al igual que la habitación

-  Que lindo....

El resto del camino, solo me limite, a mirar por la ventana. Veía árboles, que atrás se asomaban edificios, que eran muy grandes, que me recordaron a los de New York, por las películas que había visto, luego unos metros más adelante, atravesamos un puente, que era de un color celeste muy clarito, y que mientras lo atravesaba vi en la ventana un pequeño faro, que estaba para ser fotografiado, como un gran recuerdo, unos metros después de pasar el puente recuerdo haber visto, edificios, que se mezclaban con casitas pequeñas, finalmente al parecer habíamos llegado a nuestro destino, el taxista paro en un edificio que si bien no era ni muy grande, ni muy pequeño, pero notablemente se veía muy lujoso y bonito, bajamos y recuerdo que al lado había una pequeña tienda, donde vendía cupcakes, era de color rosa, y el edificio de color blanco, bajamos y la entrada de el era tal cual me la imagine, con puertas transparentes de cristal, que se abrían con una especie de control que tenia en la llave mi papa. Entramos y tocamos el botón del ascensor, subimos, y mi papa marco el piso 2, el ascensor subió y paro, las puertas se abrieron y cuando salimos, lo primero que vimos fueron dos puertas, que una de esas dos era nuestro departamento, mi papa se inclino hacia la de la izquierda, y lo seguimos, empezó a abrirla.

Cuando por fin se abrió la puerta lo primero que vi fue un sofá, que ocupaba más o menos la mitad de la sala, que era bastante grande, superaba en espacio a la de mi casa en Ashland, cuando se prendió la luz vi que había un comedor que era de cristal, con 4 sillas a su alrededor, luego cuando avanzamos un poco más, estaba la cocina, que no era la más lujosa del mundo, pero si bastante acogedora y bonita, después de la cocina había un pasillo, habían tres puertas, abrí la primera que vi a la izquierda, era el baño, que tenía un jacuzzi, que cuando lo vi, juro que quise meterme a bañar en ese instante, hacia demasiado frio, nunca había visto uno, el baño era bastante bonito y con unos toques de modernidad, cerré esa puerta y abrí la que estaba en frente, era mi cuarto, una habitación grande, con un ventanal, en una esquina estaba el escritorio, y porque tenía un tv como el que había dicho mi papa ,aunque por más grande y bonito que fuera, nunca iba a reemplazar al de Ashland, la siguiente puerta que estaba al lado, era el cuarto de mis padres, que no tenía tantas cosas relevantes, simplemente una cama matrimonial y un televisor pequeño. Cuando cerré esa última puerta, y volví a mi nueva habitación, me quedé parado un segundo contemplándola, mentalizando que este era el inicio de mi nueva vida...

La distancia y el olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora