CAPITULO IV. FAMILIA

1 0 0
                                    

Era un Sábado por la mañana; papa se tuvo que ir muy temprano a la oficina, pero antes de irse fue a la panadería a comprar galletas, rebanadas de pan de trigo y frascos de mermelada de fresa y zarzamora.

Prepare un delicioso desayuno, combinando huevos revueltos con tocino, acompañandolo con las rebanadas de pan y mermelada de fresa. Y finalmente una taza de chocolate caliente.

Al medio día limpie la casa y ordene los cuartos.

En el transcurso del día, continúe escribiendo en los cuadernos todos los dictados de las anteriores clases, y antes de que fuera la hora de la comida, decidí estudiar los ejercicios de matemáticas y las lineas del tiempo de la materia de historia.

Pero mi conciencia no paraba de insistir en volver inmediatamente a la mansión a visitar a Damian.

Entonces salí de casa y asegure la puerta de la entrada.

Afuera me tope con la señora Rebeca, que estaba limpiando la acerca frente a su casa, usando una escoba hecha de puras ramas delgadas y una cubeta con agua.

-Buenas tardes Cristina.

-Buenas tardes señora Rebeca.

-¿Que tal la escuela?

-Me gusta mucho, me encanta y he hecho nuevos amigos.

-Eso es grandioso. Esfuérzate para obtener notas altas.

-Por supuesto.

-¿Y a dónde vas?

-Voy a reunirme con mis amigos.

-Muy bien, ve con cuidado.

Camine a toda velocidad hasta llegar a la plaza, que para mi sorpresa habían colocado varias carpas de color blanco y rosa al igual que varias mesas y sillas de plástico. Un enorme letrero destacaba ante todo eso que decía:  Feria gastronómica de Village Maine.

Mucha gente paseaba por los alrededores, disfrutaban de platillos exóticos y degustaban la comida en aquellas mesas. Observe algunas comidas como sopa de papa, salchichas asadas con ensalada de verduras, y calabazas rellenas de queso y carne.

Y mientras la gente se mantenía ocupada y distraída, camine a un costado de la mansión teniendo cuidado de que nadie me observara, de nueva cuenta escale el muro hasta cruzar al otro lado y llegar el jardín.

Una vez dentro de la mansión, fui directo hacia el salón de baile, Damian no estaba ahí. Luego me dirigí hacia la entrada principal y subir hacia el segundo piso. Fui hacia la derecha y revise el primer cuarto. 

El cuarto de baño.

Que era lujoso y estaba decorado con la figura de una sirena hecha de porcelana. Justo en la esquina había una tina ovalada, los muros estaban decorados de hermosos azulejos , el suelo por otro lado era hecho completamente de madera. 

Salí del baño y seguí avanzando, las dos puertas siguientes estaban cerradas, la cuarta puerta se trataba de una sala privada, había un escritorio viejo y lleno de polvo y una silla a su costado, el suelo estaba cubierto de una enorme alfombra suave y cómoda; alrededor lo acompañaban varios libreros gigantes y algunas figuras de varios filósofos griegos. 

Deje aquella habitación y fui hacia la quinta y última puerta; era un cuarto elegante y hermoso, los muros estaban cubiertos de un papel tapiz de color morado con flores amarillas. Para mi sorpresa, varios pétalos de rosa marchitas estaban en el suelo, formando un camino directo hacia la cama. Y justamente encima de las cobijas de seda, quedaban rastros de esas rosas.

-Este era mi cuarto.

Voltee hacia la puerta, Damian apareció cruzando los brazos.

-Perdón si te asuste.

VILLAGE MAINE (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora