Nightmare [#2] ✔

PRÓLOGO

"NIGHTMARE"

— EVAN BLACKWOOD —

✚ NARRADOR ✚

FECHA: 29 DE FEBRERO DE 2008.
LUGAR: MIAMI, FLORIDA.

Las luces de intenso neón abarcaron por completo la vista del peli-negro, se paseo desde la entrada hasta la barra y se detuvo en el dichoso DJ que reproducía toda aquella asquerosa música, pero todo parecía relativamente bien.

Miró por sobre su hombro y asintió a la presencia a sus espaldas mientras se adentraba entre toda aquella masa de gente hasta llegar a la barra.

—"¿Qué le gustaría tomar?" —pregunto el bartender en español, a lo que el peli-negro levanto la mirada para bríndale una ojeada rápida.

—"Un whiskey, por favor". —pidió mientras se daba la vuelta para observar la fiesta sin prestarle mucha atención al joven a sus espaldas quien rio bajito.

—"¿No eres un poco joven como para estar aquí?" —cuestiono nuevamente a lo que el menor bufó, ¿este tipo no podía traerle la dichosa bebida y ya?

—No habló español, lo siento. —contestó en inglés a lo que el chico sonrió.

—Para tu suerte, yo si hablo inglés. Identificación. —demando y el menor viró los ojos, metió la mano en su bolsillo y saco lo que le pidió —Vaya, para ser mayor de edad pareces como de dieciséis... ¿Wilson? —pauso y lo observo bien —Tu eres el que viene con la jefe, ¿no es así?

El chico encarno una ceja y dibujo una línea en sus labios para seguido asentir.

—Por ese pasillo, primera puerta a la izquierda. —le indico a lo que obedeció sin decir mas.

Se reacomodo la sudadera negra que traía y siguió por el camino recientemente indicado el cual se encontraba sin custodiar, con ni un alma siquiera, era extraño ya que se trataba de una fiesta.
Observo a sus laterales y toco el pequeño aparato en su oreja para seguido susurrar. —Estoy entrando.

La puerta se encontraba entre abierta, por lo que le dio un ligero empujón y entonces diviso a la mujer sentada en un extenso escritorio, dos hombres a sus lados observándolo con frialdad.

—Wilson... —murmuro la mujer mientras recargaba ambos brazos en el escritorio e incitaba al muchacho a adentrarse en la habitación —Mucho sin escuchar de ti.

—Lamentablemente no puedo decir lo mismo.

—Escucha, no tengo todo el tiempo del mundo. Solamente dame lo que quiero, y lo que buscas será tuyo.

—¿Cómo se que no me estas tomando del pelo por segunda ocasión?

—No me interesa perder el tiempo con un mocoso como tu ahora.

—Antes no te importo para nada, ¿no es así? —le siguió con sorna y la mujer apretó la mandíbula.

—Antes no eras tan hablador.

—Antes no eras tan jodidamente amargada.

—Ya, en serio. ¿Qué quieres?

—Lo que por derecho me corresponde; lo sabes.

—Debiste haberlo pensado mejor antes de venir solo. —alardeo con una media sonrisa.

—¿Quién dijo que vengo solo?

La sonrisa de la mujer desapareció, siendo reemplazada por una mueca de pocos amigos, se levanto de su asiento y rodeo lentamente el escritorio hasta quedar delante del peli-negro que no se inmuto en lo absoluto.