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FECHA: 2 DE MARZO DE 2008.
LUGAR: SOUTH HILL, VIRGINIA.

—Vaya, bienvenido a casa. —Justin, la mano derecha de su jefe le saludo. Vaya que detestaba al tipo —Si que te dieron una buena paliza. —comentó con un deje de burla mientras señalaba el posible ojo morado que Evan tendría en ese momento.

—Meteté tus burlas por donde te quepan, no estoy de humor para soportarte. No hoy. —advirtio con una cara de pocos amigos.

—Supongo que vienes con el jefe. Tu humor se vuelve mas de la mierda cada vez que pones un pie aquí, y no se si es por los recuerdos que te trae o porque él te...

—Una palabra mas y te reviento la cabeza contra el parabrisas. —advirtio mientras le pasaba por un costado golpeandole el hombro intencionalmente.

Entró al edificio semi abandonado hundiendose en un sepulcral silencio que lo llevo a estremecerse, estaba igual de frío que siempre, sin vida.
Nunca pisaba ese lugar a menos que fuera estrictamente necesario, su pasado ya era lo suficientemente oscuro como para regresar por voluntad propia al lugar que mas pesadillas le causo sus primeros días, no necesitaba reavivar esos recuerdos si en ese momento lo que mas importaba era saber a que se estaba enfrentando. Ese detective no le brindaba ni la mas mínima confianza desde que le puso el ojo encima.

Llegó hasta las escaleras que daban hacía el sótano deteniendose un segundo, observando con detenimiento mientras unas imágenes llegaban a su mente de golpe, ¿por qué su cabeza se esmeraba en atormentarlo de tal manera?
Dio un suspiro profundo y sin mas rodeos bajó lentamente encontrandose con cuatro personas en el amplio espacio, una mesa en el centro repleta de carpetas y documentos que no alcanzó a ver ni comprender a tal distancia. Carraspeo llamando la atención de los presentes, su jefe le dedico una mirada fría mientras tomaba el cigarrillo que descansaba en sus labios y lo tiraba al suelo para apagarlo, Evan se acercó poco a poco.

Los dos hombres no se inmutaron ante su prescencia, podría decir que los vio alguna vez pero no tenía recuerdo en contreto de eso, aunque al que si reconocio fue al chico que se encontraba sentado a unos cuantos pasos de su jefe, encarno una ceja ante su repentina aparición luego de un tiempo.

—Hola, Evan. —saludó el chico menor con un tono de ilusión.

El rizado le ojeo sin mucho interés. —Aarón. —saludó con un movimiento de cabeza.

Era el hijo de su jefe, según tenía entendido; y a decir verdad no tenía ni la mas mínima idea del porque de su prescencia, pero no iba a cuestionar a su jefe mas de lo que debería, así que tan solo decidió callar y observar al hombre que seguía sin quitarle el ojo de encima.

—¿Tienes la información? —soltó intentando que el incómodo silencio desapareciera. Aún sentía la mirada de Aarón sobre él.

—Sí. —respondió cortante uno de los hombres junto a su jefe —Su nombre es Nicholas Walker, —comenzó —un detective que fue trasladado desde California hace poco mas de dos años. Después de haber teminado sus pruebas allá decidió venir a vivir con su hermano menor David, un abogado muy influyente y exitoso.

—David Walker, si... he oído sobre él. —intervino Evan.

—Se quedó con él y su familia poco mas de seis meses, eso incluía a su esposa, él, y sus dos hijos Zach y Matthew; hasta que su ex esposa lo contacto para que se hiciera cargo de un hijo que tuvieron hace mucho tiempo, que vivía con ella en California y que prácticamenre abandono cuando era muy pequeño. Nick aceptó y es por ello que en este momento aceptó su traslado a Richmond, lugar de orígen de su familia. Decidió críar al chico ahí, es por eso que acepto tomar el caso de tu familia.

Nightmare [#2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora