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FECHA: 3 DE MARZO DE 2008.
LUGAR: NASHVILLE, TENNESSEE.

—¿Qué? ¿Ya estas ebrio? —cuestiona Damian mientras se sienta en el sillón de la sala de estar y observa al chico rizado que parpadea no muy en sus cinco sentidos.

—Estoy bien. —dice —Solo que no suelo tomar mucho alcohol, no me gusta.

—¿Entonces por que lo hiciste?

—Quise tener una excusa para acercarme a ti; —admite desde el otro lado de la sala mientras le mira con una sonrisa socarrona —además, tengo más aguante al alcohol del que crees.

—Bueno saberlo. —dice con tranquilidad mientras deja el vasito de vidrio en la mesa a su lado y se levanta para despojarse de su abrigo. El crudo frío del exterior era horrible, afortunadamente la calefacción esta encendida.

Evan le observa atentamente sin perderse un solo movimiento, Damian lo hace todo con un semblante tan despreocupado que sin darse cuenta ha llamado su atención más de la cuenta, y sonríe un poco cuando siente a la mirada sobre el para finalmente voltearse y enfrentarlo.

—Si quieres hacer algo solo hazlo, estas aquí por una razón, ¿no? —le dice con sorna mientras ladea la cabeza.

—Soy yo el que te esta dando tiempo, ¿Cómo se que no me golpearas cuando me acerque?

—No lo sabes... —se encoge de hombros mientras se despoja de sus zapatos y comienza a caminar hacia el pasillo donde seguramente se encuentra su habitación.

Evan duda un momento, pero cuando observa a Damian voltear hacia el para recargarse en el marco de la puerta con la misma sonrisa socarrona, toma el vasito a su lado y se toma el contenido de golpe para así ponerse de pie en su dirección.

Una vez que lo tiene de frente su mano viaja al mentón contrario para que levante la vista. Damian lo mira con una pizca de burla, provocandolo a dar un siguiente paso que no se piensa dos veces. Lo besa duro y necesitado, su mano libre se aferra a su cadera mientras las contrarias rodean su cuello para profundizar el beso; un jadeo escapa de los labios de Damian al sentir su duro pecho contra el suyo y a sus manos comenzar a colarse por su ropa acariciando sin restricciones, la cordura es mandada al carajo tan pronto que se olvida de todo lo demás, solo quiere sentir a Evan contra él. Nadie lo había besado así antes, nadie lo había tocado así antes ni mucho menos llevarlo casi al límite por caricias superficiales.

Las manos de Evan recorren su espalda hasta llegar a sus muslos, logrando así que las piernas de Damian queden alrededor de su cintura, cargandolo sin dificultad mientras camina hacia el interior de la habitación donde visualiza la cama a unos cuantos pasos. Deja caer el cuerpo menor en la superficie y lo observa a pesar de que estén medio a oscuras, el alcohol hace estragos en su interior haciéndolo actuar sin pudor, pero es que no recordaba haber visto a un chico como él antes, uno que lo desafío desde el momento uno, que había bastado con una mirada para tenerlo a sus pies; le importo poco que se tratase del Damian Walker, deseaba a ese chico más que a nada en ese instante.

Se despojo de su propia camisa y zapatos mientras se inclinaba para capturar los labios contrarios y despojarlo de su camisa en el acto, la marea de emociones que lo golpeó fue gloriosa, la piel se tan sentía cálida contra sus manos.
Las manos de Damian recorren su espalda y sus uñas se entierran en esta cuando siente al tacto de Evan en su pecho y cintura. Los besos descienden hacia su cuello y las manos contrarias no lo dejan, Evan acaricia sus piernas y muslos internos, y por dios, que no puede evitar soltar suspiros ante el toque, porque ha pasado mucho tiempo desde que estuvo con alguien de esa manera, tanto así que ese mismo toque arde contra su piel; se siente satisfecho por un tacto encima de su ropa, que no se imagina lo que será cuando no haya nada de por medio.

Nightmare [#2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora