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-Daisuke ¿Quieres decirme que es lo qué tenemos que comprar?-

-Si, manzanas, naranjas, tomates y apio.-

-Muy bien, hijo.-

Apesar de la condición del pequeño Daisuke, Sakura había encontrado la manera de integrarlo a la familia y aunque necesitaba muchos cuidados, a ella no le pesaba cargar con su hijo a todos lados. De hecho se habían organizado junto con Sasuke para que el niño nunca estuviera solo. Lunes y miércoles se quedaba con su madre y asistía con ella al hospital. Martes y Jueves Sasuke lo llevaba a la agencia de policías, los viernes lo cuidaba su hermano Yasuke y los fines de semana estaban juntos, toda la familia.

Caminando de la mano con su pequeño hijo por todos la aldea, Sakura se dispuso a realizar las compras de la semana. Era una Shinobi poderosa pero también era madre y esposa. Con cuarenta años la Uchiha seguía siendo hermosa, de hecho mucha gente afirmaba que era incluso más hermosa que cuando niña. Sus facciones de mujer madura la hacía atractiva, tal vez era el byakugōn pero no había ni una sola arruga en su frente, y su abdomen era tan pequeño y firme que ni parecía haber gestado a varios niños.

-Buenos dias ¿ya están listas mis compras?.-

- Si, aquí tiene. Son cien yenes.-

-Ya esta.-

-Gracias por su compra.-

-Mamá ¿Puedo ayudarte con las bolsas?-

-Si cariño, toma esta es pequeña y la puedes cargar sin problema.-

-Sakura chan.- La llamo el Hokague por atras. -Buenos días.-

-Naruto, Buenos días.-

Sakura era una mujer llena de sentimientos, ella amaba tanto que su amor se desbordaba por todos lados, su pequeño hijo lo entendía bien, pues cuando ella miraba al Hokage sus ojos eran los mismos que cuando miraba a Sasuke. Tan llenos de brillo que parecían irradiar un montón de sentimientos escondidos.

- ¿Vas para tu casa? ¿Quieres que te acompañe?.-

-No, yo estoy bien aun falta comprar algunas cosas.-

Los ojos de Naruto se posaban en ella como si fuera lo único que importará en su mundo.

-Hoy es el ascenso de Yasuke. Me supongo que asistirás a la ceremonia.-

-Si en cuanto termine de preparar los alimentos iré para la comandancia, esta noche daremos una celebración, espero que puedan acompañarnos. Dícelo a Hinata por favor.-

-Lo haré.-

Sakura tomo sus cosas una vez más y quiso caminar pero Naruto la detuvo una vez más.

-Sakura... estas hermosa.-

-No vemos más tarde, Septimo.-

Las lágrimas de la pelirosa se contuvieron en salir, su corazón estaba muy herido y lo único que la mantenía feliz era su familia. Su gran secreto le dolía en el alma y se agudizaba cada vez que veía a Naruto. Él había sido su mejor amigo en el mundo, y sabía cuanto la amo cuando eran unos niños. Pero eso había quedado en el pasado y ahora ella debía enfocarse en lo más preciado de su vida, su familia.

Cuando llegó a casa, su madre estaba acomodando algunas cosas en el jardín. Sakura siempre fue muy unida a sus padres y le agradecía al cielo que aun no se los haya arrebatado.

-Querida, llegaste. Hola Daisuke ¿ayudaste a mamá con las compras?.-

-Si abuela.-

-Hola mamá, Daisuke saluda a la abuela y luego ve a lavarte las manos.-

Futuro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora