08

137 16 3
                                    

La cabeza le daba vueltas, su esposo estaba sentado a la orilla de la cama, ambos en silencio. Habían metido la pata hasta el fondo, tres hijos, un nieto y de nuevo estaba embarazada, a su edad y con tantos proyectos en puerta. Sentían vergüenza por haber reprendido a su hijo cuando ellos nunca se habían cuidado con nada. Nunca lo consideraron importante a demás llevaban veinte años de casados y jamás se habían acostado con otras personas a excepción de Naruto. Pero Ino tenía razón, no era su primer embarazo, ya no era tan joven ni tenía la misma resistencia que antes, eso aumentaba el riesgo de que se complicará todo.

–¿Que vamos a hacer ?—

—Yo respeto lo que tu decidas. —

—No me refiero a eso. Sabes que este bebé...—

—Yo se pero podemos guardar el secreto.

—¿y si es rubio?

—Tu madre es rubia.

—¿Y las marcas del rostro?

—Eso es por el Kyubi

—¡Sasuke!— la pelirosa levanto la voz.—Deja de llevarme la contraria —

—No te estoy llevando la contraria pero estas haciendo una tormenta en un vaso de agua, debemos esperar un poco.—el Uchiha acaricio el abdomen de su esposa. —Ahora debemos concentrarnos en cuidarte y que este bebé crezca bien en tu barriga.—

—Tengo tanto miedo, de no ser suficiente para ti y para mis hijos. —

El dolor en el abdomen permanecía así que Sasuke le ayudo a recostarse de nuevo .

—Duerme ya, mañana será otro día. No necesitas decirle a nadie, solo a mi vale. Y eres suficiente, incluso eres más de lo que merezco.—

—No quiero que Naruto se entere, si eso pasa se va a armar un escándalo y...—

— No le diremos si eso quieres pero necesito que te calmes y que duermas. Hazlo por la bebé.—

—¿Es una niña? —

—Creo que si, con Sarada tuve muchos síntomas y tú barriga casi no se notaba así que creo que es una niña. —

A la mañana siguiente Sasuke se despertó temprano, realizó la misma rutina que Sakura cuando preparaba los almuerzos para todos, su esposa si que se esforzaba, no había duda de que era la mujer perfecta.

Preparo el desayuno y a fue a la habitación de su pequeño hijo para despertarlo y que se alistase para la escuela. Daisuke tenía una rutina también pero ese día no la siguió pues había amanecido con una fiebre terrible.

—Papi me siento mal.—

—Tranquilo, te daré algo.— dijo colocando una mano en su pecho para emanar un chakra de color verde similar al que Sakura usaba cuando curaba a su familia.

—¿Y mi mami? Quiero que ella me abrace.—

—Mamá está enferma así que la he dejado que descanse, mientras yo te cuidaré hoy.—

—Gracias papi.—

—¿Papá?— lo llamo sarada desde la puerta.—¿Todo bien? Mamá no se ha levantado.—

—Buenos días hija, hoy se quedará en cama esta algo enferma al igual que tu hermanito.—

—¿Quieres que me quede a ayudarte? —

—No cariño, ve a la escuela.—

—Vale, volveré más tarde.—

Sarada se fue y Sasuke aprovecho para lavar la ropa que había, ¿como es que un ninja tan temido ahora era amo de casa? Pero bueno se lo debía a su esposa, su nuera despertó más tarde el Uchiha se sorprendió al ver la pequeña pijama que traía puesta así que desvío su mirada.

Futuro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora