eternal love - chansoo

IV

Ya era lunes por la mañana, y ChanYeol no pudo dormir en toda la noche, estuvo pensando en cómo sería la primera sesión con KyungSoo, qué tal irían las cosas. La última vez que se vieron el de grandes ojos se veía un poco incómodo y comenzaba a plantearse que tal vez no volvería a pasar por su consultorio nunca más. Y lo comprendía, joder que lo hacía, si él estuviera en los zapatos de KyungSoo lo menos que querría en la vida sería ver nuevamente a la persona que rompió todas esas promesas que alguna vez se hicieron frente al altar. Si no lo veía en la sesión de hoy lo comprendería.

Miró su reflejo una última vez en el espejo y de paso acomodó las arrugas inexistentes de su bata blanca, aunque había prometido no ilusionarse con esperar a KyungSoo en su cita programada era imposible no romper su promesa.

— ¿Verás a alguien importante? Ya van cinco veces que te miras en el espejo y acomodas tu bata, juro que si lo haces de nuevo voy a atar tus manos, hombre.

Dio un pequeño brinco de sorpresa cuando escuchó la voz de su colega, SeHun, a sus espaldas. El doctor le regaló una sonrisa burlona a través del espejo del baño.

— No hagas eso de nuevo— su tono era nervioso pero trataba de disimularlo haciéndose el distraído—. Y eso no te interesa, solo procuro verme presentable para mis pacientes, ¿de acuerdo?

Abrió el grifo del agua para lavar sus manos, el otro doctor simplemente se recargó en la pared más cercana y cruzó sus brazos contra su pecho, achicó sus rasgados ojos, sospechando de la actitud de su colega.

— Claro... solo procura no ajustarte de más la corbata o tus ojos podrían salir de sus cuencas.

Después de unos minutos lanzó una pequeña risa burlona para finalmente salir de ahí.

Pero quizás su colega tenía razón y solo se estaba haciendo falsas ilusiones, solo había una probabilidad de 50-50 de ver a KyungSoo nuevamente, rezaba al cielo y a todo lo divino por verlo nuevamente, juraba hacer alguna obra de caridad después o ayudar en algún refugio, pero no había mayor deseo que ver al hombre por el cual su corazón palpitaba una vez más.

Por otro lado, KyungSoo, durante los últimos dos días no dejó de pensar en él, el verlo con uniforme hizo que todo su cuerpo se pusiera caluroso, siempre recordó lo mucho que le gustaba admirarlo estando vestido así y fue un tremendo regalo tener eso una vez más.

Se había despertado muy temprano para iniciar con todo primer día de la semana, y aún teniendo el cansancio latente no le importó porque de sólo recordar la razón por la que hacía esto le recargaba las energías completamente. Eso nunca le había ocurrido, así que era un gran avance para este nuevo proceso.

Desde la noche anterior su madre lo estaba asechando desde la puerta de su habitación por verlo revolver su armario por horas, sin siquiera saber la razón de porqué su hijo estaba haciendo tantas volteretas hasta que KyungSoo decidió contarle todo. La madre del pequeño pelinegro casi se fue para atrás al enterarse pero no dudó en ayudarlo a buscar algo bueno que ponerse y "reconquistar a su hombre", el corazón le latía como loco de sólo pensar en las posibilidades, aunque tampoco quería hacerse ilusiones ya que seguramente él tendría a alguien más, además por la forma en que lo trató en su consultorio le dio a entender que no debía esperanzarse o ilusionarse en recuperarlo porque después de todo solo era un paciente más.

Cuando salió de su pequeño hogar volvió a sentir el frío atropellar sus huesos inesperadamente haciéndolo encogerse un poco. Caminó unas cuantas cuadras hasta llegar a la estación de autobuses lo más pronto posible, grata fue su suerte al ver al transporte llegar pronto y verlo medio vacío, era una gran satisfacción. Mientras el viaje transcurría con calma divagó en sus recuerdos una vez más y también pensaba en las cosas que podrían pasar en un lunes tan fresco en una estación tan bonita como lo era el otoño, le hubiera gustado consumir algún café pero no tenía apetito desde anoche, sus ansias por verlo eran tan grandes que se le olvidó hasta como respirar correctamente.