PEQUEÑAS HISTORIAS PARA WATTPAD

// AGUANTE //

Jimin había escuchado en las noticias
que el gran conflicto de las ciudades modernas seguía siendo la prostitución.
Totalmente incierto: el conflicto de las grandes ciudades eran los turistas.
Lo podía demostrar en su pequeña habitación en Seúl aquien le interesara, de echo, debería ser un reportaje en la televisión, ya les enseñaría a las cámaras que por el estrecho patio de luces se oía de todo.
Y jimin jamás confundió con burdeles aquellos sencillos hostales que los dueños rehabiltaron el edificio para ganarse el pan, de echo habían traído algo de alegría a la casa arreglando la fachada, las barandillas y también impermeabilizando el tejado.

Esperaban ahora la autorización del ayuntamiento de Seúl para instalar un ascensor, puesto que se trataba de una vivienda protegida de interés histórico.

Sim embargo las paredes seguían siendo de papel y los ancianos viudos habían sido sustituidos por mochileros siempre de fiestas y un buen rollo, pero sobre todas las cosas, habían traído los escandalosos gemidos a cualquier hora.

Ya no sabía si tenía insomio por su fotosensibilidad extrema, había echo de las noches un momento para salvaguardar su piel de los terribles sarpullidos o por que los demás parecían trabajarse de noche.

Hoy, esta misma tarde del 15 de agosto, tras años de convivencia tensa y de querer gritar desquiciado a los amantes un: "¡¡ haber si nos ponemos un bozal, perros !!", de tener que aguantarse sin poder cambiar la ventana a doble cristal.

Logran apreciarse unas voces masculinas, después de acomodarse y elogiar al ventilador, se han enzarzado en un cúmulo de gemidos inciertos y ropas frotándose.
Envuelto en una ducha templada para soportar el bochorno, jimin atravez de las gotas de la regadera escucha estas palabras:

- ¡oh!..no sabes cuanto eh echado de menos este maldito coño........

Se oyen entonces unos quejidos dobles, que son las dos voces guturales uniéndose. Una es aguda, parece zollosar en el orgasmo, y la otra emite tonos graves indicando que es él quien domina.

Jimin se echa sobre la cama dispuesto a una larga siesta, para ocultarse de las horas de luz asfixiante. Gracias a las cortinas de vinilo disfruta de una oscuridad casi completa.
Desnuda el cinto del albornoz, extiende las extremidades sobre la tenue humedad del tejido...y después de unas cuantas vueltas sobre la cama...el sueño no llega.

Los susurros ahogados se cuelan en su pensamiento, como las hebras de luz que iluminan el techo cuando abre los ojos, cansado y aburrido.
Jimin está hastiado,  de la casa que apenas puede salir sin cubrirse la cara como un fugitivo. De escuchar las risas ajenas, y de ser incapaz de disfrutar de su soledad. Cansado de esta vida que lleva en suspenso, a la espera de largarse a cualquier parte del mundo mundo, menos su mísera habitación.
Y esa maldita idea de que quizas su entrada humedecida y olvidada por cualquier toque de manos no de el, arde sofocante en su existencia.

Se lleva las manos aún frescas a su parte baja, y comienza a juguetear con timidez de lo que imagina. En esta penumbra no puede distinguir la palidez de su piel fina y débil,teñida de pecas tiernas eh inocente.
Pero a falta de mirar el tacto inunda toda sensación, así como esas voces han penetrado por la ventana. No ah nesecitado fotos para la extraña nesecidad de comprobar si, en verdad su cuerpo lata de deseo.

Jimin empieza a dibujar círculos al rededor de la cadera con una mano, y con la otra se entretiene en las puntas de los pezones, que decide pellizcar. Sus músculos se distienen calladamente se le erizan y se le habren los poros al mismo tiempo cuando hunde los dedos en su interior.
Roza levemente sus paredes y sube veloz al cuello como un relámpago.

Si lo vieran ahora las cámaras del RTSP, lo descubrirán exitado en sus propias manos, alargando el momento de surcar la hendidura del sexo.
Se retuerce y hunde la cara en la almohada, apoya las rodillas en el colchón y se abre las nalgas.

Ni se da cuenta de que a comenzado a gemir.

Pero...¿ será posible que logre alcanzar el clímax ?
Nota su clítoris estremecido entre las caricias, y una cascada descendiendo por su interior. Parece que todas las frases que se han perdido en su cabeza vienen ahora en oleadas de placeres.
Los besos tranquilos de viajeros de fines de semana, las embestidas locas de los casados y sus amantes, la locura de los trios e incluso cuartetos, aceleran el movimiento de los dedos de jimin. Ha podido ya discernir cuantas voces había, a este grado las reconoce a la perfección, y su maravilloso sentido auditivo lo pervierte continuamente en las noches de trabajo.
Ni los tapones para los oídos ni la música pueden ocultar el trino de las cuerdas vocales al gemir de placer.

Fatigado perfila la vulba con un dedo, pero rápidamente se arrepiente y aprieta con descaro los labios.
Ruge incontrolable y continúa tocandose, acompañado de los jadeos ajenos de su propio cuerpo, rotundo y colmado de líquidos.

La curiosidad, que es cosa muy humana guía sus pasos, y jimin se inicia maravillado por las rugosidades, las contracciones y los recodos de su interior.
No sabría contestar a la pregunta de si late o no, pero que de su ano emanan grandes sabidurías no tenía la menor duda.

La tarde transcurre en estas exploraciones hasta agotarse, y el se acurruca en la cama que ah quedado totalmente descompuesta.

Escucha a lo lejos una conversación..alguien que llega...se quedó dormido.
Tras años de quejas, petición a la comunidad por vecinos, luchas y esfuerzos, ah perdido.
Jamás lo reconocerá, pero ya no está a salvo.
Cambiará los cristales cuando le llegue la autorización, y podrá encerrarse en su departamento un poco más, con más privacidad, más alejado de los murmullos.

Pero ya no podrá deleitarse con aquellos gruñidos y azotes.
Aquellas armoniosas vibraciones que han saturado su alma de tal forma....
que esta noche olvidó cerrar la ventana.