V Parte: El rey guarda un secreto

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—Padre... -Empezó a hablar Calíope mientras se acercaba al rey. –Él es Matthaeus lo conocí esta mañana fuera del reino...

El rey le lanza una mirada cargada de enojo, ¿habrá sido por traerme hasta acá?

—Calíope, ¿cuántas veces te tengo que reprender para que logres entender que no puedes salir del reino? Sabiendo que puedes exponer nuestra identidad a los de su especie, como justamente lo acabas de hacer. -El regaño del rey me hizo estremecerme por completo, su voz era muy imponente, totalmente diferente a la dulce voz de su hija.

—No fui muy lejos, estaba casi cerca del reino, fue el quien me encontró en el bosque. Salí corriendo y me siguió, así que le mostré mis alas para que se asustara y huyera, pero se desmayó y no podía dejarle ahí tirado. -Explicó la situación a su padre, y me pareció muy gracioso su plan de quererme asustar, aunque tampoco estuvo lejos de lograrlo.

Ahora el rey se dirigió a mi persona, seguía molesto era más que evidente que no le agradaba del todo mi presencia.

—¿Qué hacías en el bosque? -Me preguntó. Debía contarle todo, quizá era lo mejor, después de todo era un rey.

—Recién me había mudado al pueblo, después de la lamentable muerte de mi padre. Esa parte del bosque le pertenecía a él, por ende, ahora a mí, así que exploraba el lugar. -Respondí tranquilo, realmente no había hecho nada malo ni tampoco pensaba hacerlo, si tenía que guardar el secreto, lo haría.

Ante mi confesión el rey se mostró algo sorprendido. Me miro muy penetrante como queriendo confirmar algo en mí.

—Dime tu nombre.

—Matthaeus Weber.

Cerro los ojos, y al abrirlos estos se encontraban llorosos, ¿a qué se debió eso? Se levantó de su trono, acercándose a mí, todos en el salón estaban igual de extrañados que yo. Se paró al frente mío reposando su mano sobre mi hombro y habló.

—Te contaré una historia, joven Weber.

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