DESEOS MORTALES (WANGXIAN)

CAPITULO 8

Habían pasado algunas semanas y Wei Wuxian se encontraba en estado de coma la bala había pasado rozando el pulmón derecho y a causa de ello sufrió una grave hemorragia que exitosamente los médicos resolvieron, aun así su vida corría peligro y tuvieron que inducir un coma, cuatro semanas pasaron para que se restableciera y pudiera despertar.

-¿Dónde estoy?... ¿Qué hago aquí?....- desconcertado Wuxian se preguntaba a si mismo hasta que a su mente volvieron las imágenes de la vida de sus hijos siendo arrebatada por esa maldita, y pudo ver ahí a su lado la raíz de sus problemas, Lan WangJi yacía ahí a su lado en un pequeño sillón, vio alrededor y se dio cuenta que estaba en un clínica privada algo que jamás en su vida podría costearse.

-¿Tu que haces aquí?... vete déjame solo...- la furia recorría cada gramo de su ser, odiaba a ese hombre en mala hora se había cruzado en su camino.

-Por fin despertaste...- lloraba de alegría Lan WangJi feliz por ahora tener a Wei Wuxian solo para él ya no había nadie para interponerse ni nada que le recordara a su ex marido aunque amara a los niños era malo para que estuvieran junto a él pues así nunca permitiría que lo amara a él completamente y así ahora podrían tener hijos propios en su cabeza se imaginaba un mundo feliz.

- Vete déjame...suéltame no me toques-Gritaba Wei Wuxian intentando escapar de ahí, quería despertar de esa pesadilla odiaba a ese repugnante ser que intentaba tocarlo su simple roce le causaba repulsión.

-Amor ahora todo está bien pronto podremos irnos a casa y comenzar nuestra nueva vida juntos solo tú y yo, lamento lo de tus hijos pero ve lo desde este punto ahora ellos están en un lugar mejor junto a su padre...- hablaba sin cesar Lan WangJi.

-De que hablas... estás loco tú y yo nunca estaremos juntos-lloraba y gritaba mirando con asombro la cara de locura que acompañaban las palabras de Lan WangJi el hombre que un día creyó su amigo y salvador, para darse cuenta que solo era un lobo con piel de cordero.

El personal médico al escuchar el alboroto fue a revisar y le pido que abandonara el cuarto para que el paciente descansara, inyectándole un calmante al suero para así dejarlo inconsciente.

Al cabo de unas horas Wei Wuxian despertó ya más tranquilo y poniendo en orden sus ideas tomo una decisión apresurada y definitiva, debía vengar la muerte de su amado esposo y de sus hijos, aunque con eso se le fuese la vida tenía un plan y no había marcha atrás.

Una enfermera entro a la habitación para revisar el suero y el estado de la paciente y ella aprovecho para poner en marcha su plan.

-Señorita enfermera- la llamo Wei Wuxian.

-Si dígame- la enfermera amablemente respondió.

-¿Podría decirme cuando seré dada de alta?- interrogo Wei Wuxian

-Si señor el doctor ya le aviso a su esposo, que mañana a primera hora podrá irse- terminando eso y sin darle tiempo a contestar la enfermera abandono la habitación.

-A si que... mi esposo... bueno... el infierno clama tu nombre Lan WangJi el tuyo y el de tu amante pronto abandonaran este mundo y a diferencia de mi familia ustedes se irán al infierno y aunque yo también lo haga me quedare satisfecho de llevarlos a que paguen conmigo.

Muy temprano por la mañana apareció Lan WangJi y entro con un poco de desconfianza, fue recibido por Wei Wuxian con una enorme sonrisa en su cara, se desconcertó un poco al principio pero fue de inmediato a su lado e intento darle un beso en la mejilla pues no había olvidado su comportamiento del día anterior y más grande fue su sorpresa al sentir como este movió su rostro para recibir su beso en los labios.

-Perdón por lo de ayer... mi amor-Arrastro las últimas palabras como si con tan solo decirlas le quemase.

-Mi...Amor...-sorprendiéndolo, su cara se reflejó la emoción y felicidad por escuchar tales palabras.

-Pensé lo que me dijiste, y comprendí que ya no hay nada que opaque nuestra felicidad, podremos estar juntos - termino al fin manteniendo en su rostro una muy grande sonrisa.

-Lo dices en serio... amor...te prometo que yo te haré feliz todo lo que resta de mi vida.- lo tomo de las manos y beso sus labios.

- Ahora dime... que paso con Mianmian...- le cuestiono Wuxian cambiando su semblante a uno más serio.

-Me encargaré que pague por la vida de tus hijos, eso te lo juró.- le respondió él acariciando su mejilla.

-No quiero eso para ella...-sorprendiéndolo.

-Entonces ¿qué quieres?- estaba más que intrigado.

- Primero quiero que la ayudes a salir de la cárcel- le respondió con una inocente sonrisa tomándolo por el cuello para darle un apasionado beso que lo dejo sin aliento.

-Si eso quieres... ¿estas seguro?...- con un simple beso había caído ante los encantos de Wuxian, esa era la reacción que esperaba lamentablemente cada vez tendría que llegar más lejos y no sabría si podría soportarlo.

-Si eso deseo, necesito que este libre para poder cobrarle la vida de mis pequeños- su voz irradiaba rabia pura.

-Está bien, pero eso tomara algún tiempo...y tu tendrías que ayudar, recuerda que eres el único testigo.- le recordó él.

-Si no hay problema, después de lo que le haré rogara mil veces estar en la cárcel- río malvadamente Wei Wuxian asustando un poco a Lan WangJi.

Recibieron las indicaciones del médico y de ahí se fueron a su casa al llegar e ir entrando una oleada de buenos y malos recuerdos cubrieron su mente.

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Y con esto termina la primera parte dedicada a la locura de Lan WangJi  la segunda parte se llama "amarga y dulce venganza" con un Wei Wuxian un poco desquiciado y loco.