Ese día al levantarse, Jaehyun sentía que todo era irreal. Fue levantado bruscamente por su abuela- ya había notado que parecía que su abuela tenía algo personal con el y que ahora su favorito era Doyoung- con un almohadazo en la cara, para posteriormente bajar a desayunar, todo antes que Doyoung, porque según su madre y nana, era de mala suerte verlo antes de la boda.En el desayuno, las cosas estaban más tensas que nada, su padre- con quien no había hablado desde el día anterior- se encontraba desayunando, así que, en silencio, ambos Jeon terminaron su desayuno. Gracias a dios que su madre se encontraba de arriba para abajo, porque, nada había mejorado con su padre, mejor dicho, había empeorado, y su padre era muy orgulloso para reconocer que se había equivocado.
Una vez terminó de desayunar, subió a habitación y se preparó un baño. Eran las doce y veinte de la tarde, la boda sería a las tres, aún le quedaba tiempo.
Se ducho y mientras lo hacía, se percató que no había escrito ningún voto.
Cuando salió de bañarse, en su cama se encontraba el esmoquin que usaría y sonrió un poco.
Era tan irreal que esa misma tarde estría casado con Doyoung.
¿Quien lo diría ,no? Hace seis meses jamás hubiera pensado en eso, y ahora si pensaba en eso, sonreía.
Se sentó y sacó una hoja, repasando todo lo que planeaba decirle al pelinegro.
Decidió algo corto y que fuera al punto, haciéndole saber todo lo que le gustaba del pelinegro, no quería verse ni tan pegajoso, ni tan seco, así que, una vez que escribió lo que quería, dobló el papel, y lo metió en el bolsillo de su esmoquin, antes de recostarse en la cama.
Doyoung caminaba de lado a otro, mientras mordía sus uñas, nervioso. Su mente gritaba que no se casara, que no le hiciera esto a Jaehyun, ni a su familia, pero su corazón, su corazón era otra historia.
-Hijo! Mira, te traje el desayuno- se escuchó la voz de la abuela Jeon, mientras entraba a la habitación con una bandeja con frutas, huevo y jugo.
-Gracias, abuela- dijo con una pequeña sonrisa- Pero no creo poder comer, siento que podría vomitar
-Es normal, mi niño- rio la abuela- No todos los días te casas con el amor de tu vida, yo estuve en tu lugar, se lo que se siente-
-Jaehyun está desayunando justo ahora- dijo una nueva voz, haciendo que el pelinegro volteara su rostro- Le dije que no bajarías, que era de mala suerte- Yangmi se acercó y le dio un abrazo a Doyoung.
-Tienes que comer, aunque sea solo un poco- insistió la abuela Jeon.
Doyoung apretó los labios, debatiéndose si desayunar o no, se encontraba muy nervioso, pero, ¿quien era el para negarse a la abuela? Asintió, y tomó el plato de fruta, antes de llevar un pedazo de estaba su boca, ante la atenta mirada de ambas mujeres.
-Deliciosa- asintió con dificultad
-Que bueno- dijo felizmente Yangmi, dejando relucir sus hoyuelos- Ay, hijo, te encantara como quedó el granero, quedó precioso.
-Recibimos ayuda de amigos y vecinos- continuó la abuela, mientras Doyoung seguía tratando de comer la mayor cantidad de fruta- Todos están emocionados por ustedes.
-Pero ya, no más charla- corto la madre del castaño-cuando termines de desayunar empezaremos a arreglarte.
Asintiendo, el pelinegro terminó lo más que pudo de fruta y se encaminó al baño, dándose una ducha.
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La Propuesta
FanfictionKim Doyoung, es un jefe al cual todo mundo le teme. Es exigente, despide sin piedad, y es frío. No tenía en sus planes que su visa estaría por expirar. Jeon Jaehyun, asistente de Doyoung, todo lo contrario a el. Dulce, paciente, amigable. Su sueño...