Caminata

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No puedo decirte que me pasa, no te das cuenta.

Las cosas que dices, de las personas que me hablas, ¿es que acaso mi cara o mis palabras no lo demuestran?.

La sensación en mi pecho que crece cada vez que me hablas de esa persona, cuando tu boca se agranda en una sonrisa y tus pupilas se dilatan al contarme sobre el.

¿No podes tener esa misma reacción cuando hablas sobre mi?.

Caminamos mientras me hablas, sobre cualquier cosa, sobre cualquier otra persona, pero no quiero escucharlo, entonces me concentro en vos, tu cara, tu pelo, tu manera de caminar y la ropa que usas.

Y me pregunto, ¿Cómo llegue a poder estar así de cerca con vos?, ¿por que no me acerque antes?.

Quizás si me hubiera acercado antes aquella persona de la que tanto hablas habría sido yo.

En cierto punto nuestra caminata se detiene y me preguntas que opino acerca de una conversación que no escuche, y solo digo que lo que tu pienses esta bien.

Te ríes por mi distracción y me pregunto, ¿Qué pasaría si en este momento te besara? o ¿me besarías tu a mi?.

Si alguno de los dos diera el primer paso, ¿te alejarías luego?.

Quiero saber si tengo una oportunidad de que esos ojos oscuros me miren con cariño y ternura, si cuando me anime a besarte me aceptaras, si podemos tener algo bonito como las canciones de amor o cuentos de hadas siempre dicen.

Pero te das la vuelta y volvemos a caminar sin rumbo fijo, y todos mis pensamientos se van volviendo a la triste realidad, dándome cuenta que por intentarlo perdí nuestra amistad.

Entonces miro hacia adelante, por el camino que antes solíamos andar a la par, por el cual siempre pasábamos caminando todos los días, y me enojo por no haber callado aquel sentimiento que empezó a surgir desde que vi tu sonrisa dirigida hacia mi. 

Historias del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora