Atardecer y Mar

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Un viaje largo, pero que valió la pena.

Podia sentir el viento que rozaba mi ropa y movia mi pelo.

El ruido de chicos riendo y jugando, el olor a frituras y duces me llevaban a un mundo diferente.

Camine por aquel muelle, con un rechinido constante ocasionado por el peso de la maquinaria que sostenía.

Pase por todos los juegos, por todos los mercados, por toda la gente y pude llegar..

LLegue a aquel lugar que tanto queriamos, que tantos nos gustaba, que tanto nos unía.

Y ahí, mirando hacia arriba, a la gran rueda de la fortuna delante de mi, que a estas horas solo tenía un par de personas, mayormente parejas enamoradas o amigos intentando ser lo primero.

Cuando subi me invadieron muchos recuerdos y solo pude mirar por la ventana, mientras pude percibir que alguien mas se subió conmigo.

Sin pensar en la otra presencia, mire el mar, ese mar azulado en el que jugamos cada verano cuando nuestras familias viajaban juntas de vacaciones.

Y cerré los ojos, imagine que la otra persona eras vos, que decidiste subirte conmigo y que me harías una sorpresa, pero al abrir los ojos y verlo, solo vi a un anciano mirando al azul resplandeciente junto al atardecer.

Hablamos un rato, y nos conocimos, me dijo que todos los años venia con su esposa este mismo día a este mismo lugar, pero que ella ya había fallecido y vino solo.

Terminamos nuestra charla y bajamos de la rueda, lo que me sorprendió no fue que aquel anciano me saludara y se dirigiera la mismísima belleza aguada frente a nosotros.

Me sorprendió, verte, alli parado, con una sonrisa en tu cara, con una flor en una mano y en la otra una cajita chiquita.

Y tan feliz me puse que no note tus palabras al hablarme.

-Perdon por llegar tarde-

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